DIA DEL CAMAROGRAFO ARGENTINO, POR LEONARDO HENRICHSEN

                                                           Leonardo Henrichsen


 La colega Ana Santillana nos acercó el recuerdo de Leonardo Henrichsen, camarógrafo fallecido en medio de su tarea, lo que ha llevado a recordar hoy el día del camarógrafo argentino.

La nota la firma Alejandro Prado, secretario de prensa y difusión del Sindicato Argentino de Televisión, Telecomunicaciones, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (Satsaid-seccional La Plata).

Recuerda Prato que el 29 de junio de 1973 el reportero argentino Leonardo Henrichsen, quien trabajaba para la televisión  sueca, fue asesinado por fuerzas militares opositoras al gobierno constitucional de Salvador Allende en la ciudad de Santiago de Chile.

Por ese suceso trágico la ley 23.689/1989 decretó el 29 de junio como día del camarógrafo argentino.

En materia biográfica señala Prado que Leonardo nació el 29 de mayo de 1940. Fue aprendiz de Sucesos Argentinos, donde fue su maestro el polaco Tadeo Bortonowski, destacado reportero y corresponsal de guerra.

Leonardo cubrió distintos acontecimientos en el continente americano, como la guerrilla del Che Guevara en Bolivia, la muerte de Robert Kennedy, el secuestro de Oberdan Sallustro y de los embajadores de Alemania y Suiza, en Brasil y Guatemala.

Su lente estuvo en 21 golpes de Estado, entre ellos aquel contra el presidente de República Dominicana, Juan Bosch.

En la Argentina cubrió el enfrentamientro de azules y colorados en 1962: con 22 años apenas registró a un avión de combate, en vuelo rasante, cuando ametrallaba las vías del ferrocarril.

En cuanto a los hechos de Santiago de Chile que terminaron con su muerte, aquel 29 de junio él cubría los hechos para la televisión nacional sueca (TSV).

Junto al periodista Jan Sandquist debían realizar una entrevista al senador Volodia Teitelboim.

Eran las 9 de la mañana y Leonardo estaba con su cámara. Los seis tanques del regimiento 2 de blindados, comandados por el teniente coronel Roberto Souper, atacaron el palacio de La Moneda, sede del gobierno chileno.

Dicen que la cámara es la herramienta de registro más preciso y verídico existente. Puede plasmar una crónica casi por sí misma, sin mediaciones de voz ni palabras escritas.

Las corridas de la gente, el ruido de los vehículos militares, los gritos, las voces de alto, el tableteo incesante de los disparos.

El "sueco" se establece, encuadrea perfectamente e inmortaliza el  momento con una generosa frialdad, digna de los hombres bien plantados.

Suena el primer disparo que da en el cuerpo del camarógrafo. Se tambalea pero no cesa ni retrocede. Sigue filmando y capta que le siguen disparando hasta que su cuerpo no da más y cae, ya sin vida.

Jan Sandquistr lo tomó en sus brazos y no pudo impedir que los soldados le quiten la cámara. La arrojaron a una alcantarilla para borrar el crimen, para quedar impunes.

Periodistas chilenos que vieron todo llegaron al lugar y recuperaron la filmadora portátil marca Eclair. Gracias a ello y puesta a salvo en la Argentina se pudo revelar el material. Y ya todo es historia.

Cuarenta años después, el 29 de junio de 2013 la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, instaló una placa conmemorativa en el lugar exacto del asesinato, en la esquina de Agustinas y Morandé.

En 2005 se conoció la identidad del asesino, el cabo Héctor Hernán Bustamante Gómez.

Estar en lugares difíciles significa que en situaciones críticas hay que tomar decisiones difíciles. El no vaciló y mostró al mundo entero el horror que se viviría en Chile meses después. Fueron segundos, pero hasta hoy son eternos, dice Alejandro Prato.

El recuerdo eterno a Leonardo Henrichsen por su valor y su mensaje.

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