SEMANA DE LA SEGURIDAD VIAL DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD

                                                Pedro Perrota, titular de Corazones Azules


La ONG Corazones Azules, en el marco de la semana de la seguridad vial que propicia la Organización Mundial de la Salud, emitió un comunicado en el que adhirió al objetivo de la OMS en la sexta semana mundial para la seguridad vial.

En este sentido Corazones Azules recordó que la ley nacional de tránsito dispone como límieg de velocidad en las calles los 40 km/h, salvo que la señalización diga lo contrario.

Se busca que todos reduzcamos la velocidad máxima en zonas urbanas de 40 a 30 km/h, porque se ha comprobado si se produce un siniestro las chances de sobrevivir crecen en forma notoria.

Por eso desde hoy hasta el 23 de mayo se va a insistir en la reducción de la velocidad máxima sino también en la tolerancia cero para el alcohol y los estupefacientes en los conductores, asimismo que el Código Penal prevea la plena de 2 a 3 años a los conductores positivos en las pruebas de alcoholemia y drogas.

El presidente de Corazones Azules es Pedro Perrotta y resalta la necesidad de la menor velocidad, lo que reduce en forma ostensible las posibilidades de siniestralidad "pero si hay un siniestro es importante la posibilidad de sobrevivir".

El titular de la entidad recordó que si se atropella a un peatón  a 30 km/h la posibilidad de muerte del afectado es solo del 10%, pero esa posibilidad sube al 50% si se circula a 50 km/h y ese porcentaje llega casi al 200% si se va a más de 60 km/h.

Dijo también que si un niño cruza y el automóvil está a 13 metros de distancia con una velocidad de 30 km/Kh, el vehículo puede frenar antes de embestirlo, pero si el coche va a más de 40 km/h el chico atropellado y tendrá pocas posibilidades de sobrevivir.

Asimismo sostuvo que con la baja de la velocidad máxima habrá mayor protección para conductores más vulnerables como peatones, ciclistas y motociclistas.

La OMS celebra la semana mundial de la Seguridad Vial apuntando a que en las zonas urbanas con peatones la velocidad máxima sea de 30 km/h, medida que Corazones Azules está pidiendo desde que comenzó a funcionar en 2016.

Los lemas que sostiene la ONG son Calles para la vida y Love30, para lograr que disminuya la velocidad de los conductores, a fin de que las ciudades sean más seguras, saludables, vedes y habitables.

El decenio que comenzó este año será marcado por la idea de reducir a la miad la mortalidad en el tránsito.

INFORMACION

La comprobación determinó que las calles con velocidad limitada salvan vidas, como se verificó en distintas iniciativas que se pusieron en marcha en el mundo. Por ejemplo, en Toronto, Canadá, los siniestros descendieron un 28% con la reducción del límite de velocidad de 40 a 30 km/h en. 20156, con lo que se redujo en dos tercios el número de víctimas con lesiones graves y mortales.

En Bogotá, Colombia, disponer la velocidad máxima en 30 km/h permitió que hubiera una baja del 32% en la mortalidad por siniestros viales.

Otro estudio se realizó en Londres y se comprobó que con límites más bajos de velocidad se reducía en un 42% el número de siniestros con víctimas. Además, en Bristol, poner el límite de los 30 km/h logró que bajara un 63% el tema de las lesiones mortales entre 2008 y 2016.

Según explicó la OMS el aumento de la velocidad promedio de un km/h provoca el incremento del 3% en el riesgo de sufrir un siniestro y un aumento entre un 4 y un 5% en los fallecidos.

En la distancia en que un automóvil que circula a 30 km/h se detiene, otro que va a 40 km/h continua su avance. 

Por otra parte, ir más rápido hace que se estreche la visión periférica de los que manejan y el tiempo e reacción se verá afectado.

Un estudio científico manifiesta que en el choque con un vehículo, la fuerza a la que se ve sometido el tejido humano en el impaco es el producto de la masa y la velocidad. La energía cinética que se debe absorber es igual a la mitad de la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad, y eso demuestra que el efecteo de la velocidad se ve extremadamente intensificado a medida que aquella aumenta.

En un choque a 50 km/h un niño sin cinturón, el peso del niño aumenta veinte veces, por lo que un bebé de 5 kilos pasará a pesar 100 kg en una fracción de segundo.

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