No se lo esperaba el presidente de la Nación, Alberto Fernández, cuando el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en conferencia de prensa tuvo afirmaciones que parecieron estar dirigidas a su, par argentino.
Sánchez habló de seguridad jurídica y afirmó que "una ley ordinaria no va a sustituir nunca a la Constitución española. Es un principio fundamental del derecho".
Sánchez puso el dedo en la llaga, porque mientras esto ocurría en Madrid, en Buenos Aires se enviaba desde el Poder Ejecutivo al Congreso nacional -ingresó por el Senado- el proyecto de ley llamado de superpoderes, que le dará al presidente más poderes para afrontar la pandemia y adoptar medidas que pueden atravesar la autonomía de los gobiernos provinciales (también CABA).
Fue clarito Sánchez y seguramente Alberto Fernández tuvo que tragarse este sapo frente al funcionario ibérico.
Pasan cosas insólitas en esta Argentina 2021. Desde la vicepresidenta que quiere cobrar dos jubilaciones de privilegio por mes (alrededor de 1,6 millón de pesos, o lo que significa el salario de más de 60 jubilaciones mínimas) hasta el jefe de gabinete de la Nación, Santiago Cafiero -lo dijo en Chaco- hasta su par de la provincia, el quilmeño Carlos Bianco, quienes criticaron casi al unísono al ex presidente Mauricio Macri y al periodista Jorge Lanata por vacunarse en Miami (lo que no dijeron es que esa vacunación significa una vacuna menos en el país, cuando las vacunas escasean, se aplican por cuentagotas y en algunos casos se inoculan bajo al mesa, los famosos vacunados VIP).
Sin duda, si se trata de hablar de ética, de moral, de ejemplos, etcétera, nadie puede tirar la primera piedra en esta Argentina, que muestra números que aterran, en materia de pobreza, desocupación, contagios y muertes por Covid... Sería importante que cada cual asuma su responsabilidad, deje de lado la herencia recibida, "el país que nos dejaron", y se ponga las pilas para poner definitivamente de pie al país. Seguramente todas las cosas andarían mucho mejor...
Sin embargo, desde el país parecen no entender el mundo que se está viviendo, y llama poderosamente la atención la expresión del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nación, que habló, increíblemente, de acción desproporcionado al comparar los ataques del grupo terrorista Hamas a Israel con la reacción de ese país.
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