Molinos Río de la Plata ha movido el avispero con la decisión de cambiar el logo de la negrita de la histórica harina Blancaflor.
Se decidió sacarlo y en su lugar se puso el palo de amasar, con el nombre de la marca Blancaflor, y un plato con manos que amasan.
La decisión de la empresa provocó un enorme revuelo, porque se desconocen los motivos de la medida.
Quizás todo pase por una senda de eventual discriminación. Pero la cuestión va más allá, porque los usuarios de la tradicional harina pueden llegar a enojarse y decidir no adquirir el paquete si no tiene el tradicional logo.
Los medios se han hecho eco de la novedad y los comentarios que llegan son de todos los carriles.
En medio de la pandemia poner en primera plana esto del cambio de logo parece un despropósito.
Habrá que ver qué pasa con los usuarios porque la Negrita de Blancaflor no representaba aspectos que tengan que ser dirimidos por el Inadi. Era el folklore de un producto que lleva 65 años de historia (Molinos se fundó en 1956).
Un tema que en una situación como la actual debiera ser harina de otro costal, hoy está amasando comentarios, a favor o en contra, en fin, un kilo más de grieta a la cocina de los argentinos.
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