EL DIRECTOR NESTOR NEIR Y SU EXPRESION ACERCA DE LA MAGIA DEL TEATRO


 El director teatral Néstor Neir ha publicado en las redes esta expresión para definir el teatro. Comienza diciendo que el teatro está hoy dormido y pide que no se apague su luz, en fin, que no muera. 

Se pregunta, según el filósofo Nietzsche, qué es el teatro. 

"La esencia del arte dramático estriba en la innata necesidad humana de metamorfosearese. 

Las mascaradas populares, en sus orígenes, son testimonios de ese instinto y de esa necesidad" Nietzsche.

Hay dos enfoques del teatro, el que se ve y el que no se ve.

El público, de un lado, ve lo que le ponen delante, el actor, ve al público que espera.

¿Qué es lo que espera? El público espera que le den Algo.

Ese Algo es el teatro, esa acción de dar algo de persona a persona. Si por educación y obligado por las circunstanscias, debo saludar a alguien a quien no estimo, forzosamente debrerá fingir, y ese acto de fingir ya es hacer teatro.

De manera que el teatro es ser y no ser a la vez. Yo soy Juan, pero delante del publico debo ser Pedro. Juan que soy yo, es tímido, apocado, con verguenzas, hosco y silencioso; pero Pedro, en cambio, es todo lo contrario, es desfachatado, temerario, sin ningún complejo ni verguenza, sociable y dicharachero.

Diremos que Juan es opuesto a Pedro.

Es allí, entonces, donde comienza la metamorfosis a que alude Nietzsche en su pensamiento.

En la vida real, ¿el teatro se utiliza? Siempre. Es difícil que el individuo pueda mostrarse íntegramente como es, sin que alguna vez no tenga que recurrir a un relato inexacto, a una mentira piadosa o a tantas artimañas para salvar una situación embarazosa.

¿Cómo se hace "teatro"?.

Dominando una técnica, sin desconocimiento de sus pliegues más ocultos, se llega fácilmente a suplir con todo a la nada, o sea la falta de todo: y se puede trabajar con la nada; pero  con algo más que es lo importante: la imaginación, y, si fuera posible, también con la inteligencia.


                                                                Néstor Neir

Hay una premisa que es indispensable conocer y es que la caracterización no es disfraz sino, por lo contrario, es vivencia. Yo puedo disfrazarme de Pedro, pero actúo como Juan; esto quiere decier que Pedro se metamorfosea por fuera de mí y no dentro de mí.

Para que esto no ocurra, estudiaré a fondo su idiosincrasia, su manera de ser, de sentir, de reaccionar, de comportarse, de mirar, de gesticular, de pararse, de caminar y de sentarse, hablaré como Pedro, etcétera.

Luego se revestirá exteriormente con la apariencia: es un proceso de adentro pero afuera. El actor se convertirá enn el verdadero Pedro. El cambio es interior.

Así se completa y complementa el personaje, teatral.

Todo este proceso es la mecánica de la actuación. Es uno de los principios profundos del teatro. El lugar físico donde se encuentre Pedro: un bosque, una llanura, en una plaza, una habitación, etcétera, va a formar parte de la ambientación de la acción dramática o sea la Escenografía, esta es pues todo aquello que acompaña la acción de los actores.

La caracterización externa es como se viste un actor (un personaje) se piensa en la acción de la obra en que período de la historia ocurre o se desarrolla la obra de teatro, si es de la antiguedad, en el siglo pasado o si es de hoy, en nuestros días.

Esta es la preocupación del escenógrafo o de quien diseñará los trajes.

Para lograr una buena realización teatral se debe tener en cuenta el espacio del recinto escénico en todas sus dimensiones de ancho, alto y profundidad, acompañado de luces o efectos lumínicos que pondrán el acento necesario en los diversos  pasajes de la acción.

No se debe olvidar la parte acústica. El teatro es audio visualismo en acción viva; música, ritmos de toda clase y efectos sonoros, terminarán por redondear ese esqueleto o andamiaje que es el trabajo del actor, quien está vivenciando la obra del autor.

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