Se llama Esteban Mazzoncini y con la bicicleta ha recorrido el mundo. Sus experiencias las volcó en dos libros, Desafía las rutas y Un viajero curioso, y ahora está presentando el tercero: Pedaleando por las rutas de la hospitalidad.
Dice que la bici es el mejor vehículo para recorrer distancias y en ese sentido suma miles de kilómetros a bordo de la dos ruedas.
En una nota que le realizó la periodista Diana Pazos en Clarín menciona que lleva tres décadas viajando por el mundo y eso le permitió conocer más de un centenar de países, con un recorrido que produce escalofríos, más de 450 mil kilómetros.
Hace un viaje a la infancia y cuenta que fue en esa etapa de su vida que comenzaron los viajes, por supuesto con la imaginación. Dice que con el padre miraban diapositivas en casa y eso le permitió descubrir las pirámides de Egipto.
Antes de empezar los viajes, como mochilero, hizo una lista de cien países para visitar (tenía 12 años).
El joven cargó la mochila a los 19 y los primeros destinos fueron precisamente Egipto, norte de Africa, Medio Oriente y Europa.
Mueve y conmueve cuando relata que fue ocho veces a Asia, su continente ideal, así conoció Irak, Siria, Líbano, Pakistán, Afganistán, Irán.
Todas esas experiencias, fotografías incluidas -es fotoperiodista- fueron volcadas en escritos, apuntes, libros.
Lógicamente, su espíritu viajero tropezó en estos tiempos con el confinamiento, la pandemia, el coronavirus. Eso no quita que siga firme junto a la bici, así organiza salidas en bicicleta por la ciudad de Buenos Aires.
Cuando se ocupa de los viajes en bicicleta, destaca la ventaja de ir a 12 kilómetros por hora, lo que facilita mayor y mejor contacto con el paisaje. En ese sentido subrayó que en muchas partes recibió la hospitalidad de los pueblerinos, que le ofrecían techo, comida, ducha y paseos.
"Viajar en bicicleta posee la magia de la incertidumbre de no poder calcular bien dónde te va a agarrar la noche" confiesa, "porque están las inclemencias del tiempo como adversidad, llámese viento, temperaturas tórridas, tormentas o la montaña que obliga a desviar la senda.
El tema de la bicicleta y los viajes obliga a tener un equipaje especial. Su bici carga 60 kilos, un equipo de cámping, ropa, utensilios de cocina y alimentos al menos para tres días hasta que llegue la necesidad de reabastecerse.
No solo eso: también lleva herramientas para arreglar la bicicleta,
dos cámaras de fotos como buen profesional, lentes, baterías, una computadora portátil, un dron y una GoPro.
La nota de Diana Pazos termina con lo que le falta recorrer a Esteban, como Oceanía, parte de Africa y algunos países europeos, por ejemplo Luxemburgo.
Ahora está presentando su tercer libro que tiene un título sugestivo y que sintetiza el espíritu con el que encara su vida tripulando la bici:
"Pedaleando por las rutas de la hospitalidad"-
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