MONSEÑOR TISSERA: JORNADA MUNDIAL DE ORACION POR LAS VOCACIONES


 El Obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, dio su homilía en el marco de la 58 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.

"Nos unimos a toda la Iglesia para rezar para que aquellas personas que sientan el llamado del Señor a seguirlo en el servicio al pueblo de Dios en diferentes estilos de vida y ministerios, puedan responderle con generosidad y alegría.

"Cada año leemos el Evangelio de San Juan donde Jesús se autodefine como el Buen Pastor, y con ello se identifica con Dios que, con frecuencia se dio a conocer en los profetas y salmos como el gran Pastor de Israel. Jesús legitima su título de Pastor porque da la vida por sus ovejas. En el salmo 23 se reza El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar" expresando así nuestra confianza en El.

Jesús es el Pastor que tiene el poder para entregar su vida y recobrarla (Jn. 10, 18). El es el que ha vencido el poder de la muerte y en cuyo nombre Pedro cura al paralítico, el único nombre salvador de todos, como escuchamos en la primera lectura (Hch. 4,12).

Jesús se presenta con el título Yo soy que es el eco del Yo-Soy (Yahvé) divino del Antiguo Testamento, que conlleva un mostrarse como Dios decidido y comprometido con su pueblo: Yo soy y seré para siempre Pastor que salva a las ovejas. El  no es el asalariado a quien no pertenecen las ovejas. El Buen Pastor se presenta con estas dos características: da  la vida por las ovejas, conoce a las ovejas y las ovejas lo conocen a El.

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"Rezamos por los sacerdotes y diáconos ya ordenados, para que vivamos nuestra misión con fidelidad y con alegría. También rezamos por las religiosas y religiosos, por las vírgenes, consagradas y consagrados, y por aquellas personas que sienten en sus corazones el llamado a servir. 

Nos unimos a la Comunidad Parroquial Jesús el Buen Pastor de San Francisco Solano, y a las capillas que hoy celebran su fiesta patronal.

Que Jesús Buen Pastor cargue sobre sus hombros a las hermanas y hermanos más frágiles, los enfermos y las personas mayores, los abandonados y olvidados, los que se sienten solos y maltratados, los que han perdido su trabajo o que no tienen donde vivir.

Que el Buen Pastor fortalezca con su amor compasivo a los que sirven a los demás, particularmente a los contagiados de Covid y la pasan mal. Que el Buen Pastor ilumine y anime a los dirigentes de la sociedad y a los gobernantes, para que busquen servir, en todo momento, al bien común y cuenten con la colaboración positiva y activa de los ciudadanos.

El Buen Pastor vive entre nosotros. Dejémonos amar por El. Dejémonos pastorear por El. Dejémonos levantar por El, tantas veces que caigamos. Descansemos en sus brazos amorosos. "El nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvemos la alegría" (CV 119).

El mismo Jesús dijo: Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo (Mt. 28,20). El lo llena todo con su presencia invisible, y donde vayas te estará esperando. Porque El no solo vino sino que viene y seguirá viniendo cada día para invitarte a caminar hacia un horizonte siempre nuevo".

Tenemos la presencia de los antos que hacen cercana la figura del Buen Pastor. Uno de ellos, el beato Mártir Enrique Angelelli. 

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