Este 13 de marzo se cumplieron ocho años de la histórica jornada en Roma, cuando fue elegido Papa el argentino Jorge Bergoglio, quien adoptó el nombre de Francisco.
Se trata del primer Papa latinoamericano, por ende el primer argentino en cumplir esta importante función como jefe de la Iglesia católica.
Durante este Papado ha sabido poner el énfasis en la unión de los pueblos, la superación de las grietas y la antorcha de la paz como fundamental instrumento de una política religiosa.
Precisamente en los últimos días visitó un país como Irak, con todos los riesgos que ese viaje significaba. Pero no tuvo miedos y supo cumplimentar su misión como mensajero de la paz.
La gran deuda que tiene el Papa es justamente con su país, la Argentina, porque no ha estado en nuestro territorio en estos ocho años, pese a haber realizado un viaje a Brasil, en jornadas mundiales de la juventud.
En excelente nota que le hiciera el periodista Nelson Castro, el Papa reconoció que no tenía pensado viajar a la Argentina, y con ironía respondió que vivió en nuestro país 76 años, o sea mucho tiempo.
Algunos quieren ver en esa respuesta el hecho de evitar que la famosa grieta política que vive el país se amplíe, teniendo en cuenta la especial vivencia justicialista de Bergoglio en sus tiempos de militancia.
Por último, todavía resuena la emoción y la sorpresa que el periodista Bazzán, enviado por Canal 13 a la cubertura de la elección, mostró al escuchar el nombre de Bergoglio como nuevo Papa, cuando desde la chimenea del cenáculo que reunió a los cardenales afloró la fumata blanca.
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