El tres de febrero lo recuerda la historia argentina por dos episodios que están marcados en el desarrollo del territorio.
En 1813 fue el bautismo de fuego de los granaderos de San Martín con el combate de San Lorenzo ante los realistas. En esa ciudad santafesina, junto al histórico convento, se produjo la batalla que fue la primera ganada por el Padre de la Patria y sus gloriosos granaderos.
La marcha de San Lorenzo (aquella que cantábamos en los colegios, con los primeros versos: Febo asoma...ya sus rayos iluminan el histórico convento...) y Los 60 granaderos (histórica versión de Los Chalchaleros) recuerdan el episodio.
Y el otro acontecimiento fue en 1852, la batalla de Caseros entre las tropas rosistas y las comandadas por el general Justo José de Urquiza, con el triunfo de estas últimas, lo que significó el fin de la era del "restaurador de las leyes" y gobernador autoritario. Juan Manuel de Rosas terminó exiliándose en Inglaterra, en Southampton, donde años después murió.
El episodio Caseros fue básico para la organización nacional, con la posterior sanción de la Constitución en 1853 en Santa Fe, con todos los aportes que brindó Juan Bautista Alberdi y sus Bases y puntos de partida para la organización nacional.
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