LA MUERTE DEL MORRO GARCIA: CONMOCION EN MENDOZA


 El ídolo, referente, goleador de Godoy Cruz, Santiago El Morro García, fue encontrado muerto esta mañana en su domicilio de la capital mendocina.

Desde hacía dos o tres días no se sabía nada del futbolista y ante la insistencia de su familia, que está en Uruguay, se fue al domicilio y se encontró la puerta cerrada. Con orden judicial y la presencia de una fiscal se verificó el luctuoso desenlace. Según explicó la fiscal mendocina estaba en la cama, con un disparo en el parietal y un arma a su lado, lo que hace presuponer que fue un suicidio.

Quienes conocían la situación del futbolista señalaron que venía afectado en los últimos tiempos de un proceso depresivo, porque no podía viajar a Uruguay para visitar a su familia y sobre todo a su hija, y además estaba en conflicto con el club Godoy Cruz, incluso desde la presidencia de la entidad se comentaba que estaba con problemas siquiátricos y eso conspiraba con su labor futbolística.

En noviembre pasado el presidente del club, José Manzur, publicó que el futbolista, goleador histórico del Tomba, venía arrastrando problemas e incluso se comentaba que una vez concluido su contrato en junio de este año buscaría un nuevo destino.

El presidente señalaba en ese comentario que a él personalmente no le había dicho que se quería ir pero sí a la gente dentro de la institución. Y agrega que el futbolista no estaba bien desde hacía tiempo y subrayaba que un futbolista debía dar el ejemplo "pero hay que entender temas personales y situaciones especiales, pero independientemente de la situación de cualquier jugador, yo quiero los puntos".

Estos dichos, que hoy se actualizaron ante el conocimiento de la muerte de García, generaron reacciones entre los simpatizantes de Godoy Cruz, que elevaron sus críticas al presidente y aseguraron que al futbolista no se lo cuidó.

Recordemos que no hace mucho tiempo se hizo cargo de Godoy Cruz el técnico Sebastián Méndez -anteriormente había estado en Gimnasia La Plata al lado de Diego Maradona, pero ante la muerte del Diez, el Gallego Méndez decidió renunciar- y en principio el nuevo técnico no tendría en sus papeles al Morro. La situación personal, los problemas siquiátricos y las expresiones del presidente, coadyuvaron para que el Morro estuviera últimamente solo en esta situación. Hay que agregar que había tenido Covid y eso alimentó aun más la situación de soledad y los trastornos que ahora toman otra dimensión ante la decisión tomada.

TESTIMONIOS

Por supuesto la trágica muerte del Morro García ha generado distintas reacciones en el fútbol argentino.

El ex volante de Quilmes y Arsenal, Héctor Daniel Aguilar, publicó lo siguiente: "En la Copa Maradona he visto a dirigentes del fútbol hablando del producto que están vendiendo. Hoy se mató una persona a la que nadie supo acompañar. El fútbol lo juegan personas no cosas".

Se va a hablar mucho de esta muerte, que podría ahora quitarle un poco de espacio a todo lo que generó, genera y seguirá generando Diego Maradona, quien apareció muerto el pasado 25 de noviembre y todavía se habla del entorno, de la falta de cuidado, del uso de su éxito y de su fama, de los que se colgaron de lo que significaba y significa ser Maradona.

Hoy un periodista intentaba recordar algún caso de futbolista que se haya matado en plena actividad y solo surgió el nombre del chico de San Lorenzo, Omar Zarij.

El tema de la fama, del éxito, los amigos del campeón, la soledad, el ambiente del fútbol, etcétera comenzarán o volverán a ser espacio para los distintos medios.

Recuerdo el caso del histórico capitán de Boca, Rubén José Suñé, durante años ídolo total de la hinchada Xeneize. Cuando decidió retirarse sintió un profundo vacío, que comenzó a llenar junto a su cuñado, Omar Larrosa, formando una dupla técnica. Cierta vez llegaron a Quilmes y no tuvieron fortuna en los primeros tres partidos, que fueron derrotas. Rápidamente tuvieron que irse.

Suñé contó que no se imaginaba que estar en otro lugar, no ya del ídolo sino del técnico, iba a ser tan ingrato. Y a los pocos días intentó suicidarse, arrojándose desde un quinto piso. Para su fortuna fue contenido por un toldo. Tardó mucho tiempo en recuperarse de las heridas, lo logró y volvió a Boca en el fútbol de inferiores.

Ahora se va a hablar del futbolista de elite, del entorno, de la fama, de todo lo rodea y cómo tener equilibrio. Seguramente se dirá que se necesitan sicólogos, sociólogos, gente que trate la mente para acompañar al futbolista en actividad y mucho más cuando deja de jugar.

El propio Hugo Lamadrid escribió un libro en el que cuenta lo que le costó adaptarse a la nueva etapa cuando decidió no jugar más. 

Algunos futbolistas, con el conocimiento de que el fútbol no es para siempre, suelen encargar otras actividades como preparación universitaria, para que el día de mañana, si el fútbol fue, haya otra manera de llenar el tiempo y no morir en el intento.

El doctor Juan Manuel Herbella, que tuvo su paso por Quilmes, estudió medicina y se recibió, pero también incursionó en el periodismo deportivo y aparece como comentarista en alguna señal de cable. Escribió el libro Futbolscospia (viaje al interior de un campeonato) en el que cuenta las sensaciones vividas con Quilmes, con el ascenso a primera división en 2009/2010. 

Dijo el periodista deportivo Gonzalo Bonadeo sobre el libro que "en este libro, los de afuera, comprendemos por fin la enorme distancia entre lo que nosotros creemos que sucede y lo que realmente pasa".

El caso Morro García viene a cuento. Porque los sinsabores que venía padeciendo, como lo cuenta el presidente de Godoy Cruz, ameritaban otro trato, máxime que llegó al club en el 2016 y estaba por cumplir su quinto año en el Tomba. Dejó un lazo profundo y conmovedor con los hinchas mendocinos y una enorme cantidad de goles en este tiempo  (51 tantos en 119 partidos).

En Uruguay también se sufrió su pérdida, por sus pasos por Nacional de Montevideo y River Plate del país vecino.

Godoy Cruz ya tomó una primera decisión para no olvidar la figura del Morro: retira de circulación en el plantel la camiseta Nro. 18 que vestía el futbolista.

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