EL PRESIDENTE ALBERTO FERNANDEZ Y SUS DICHOS EN MEXICO

 Habló en México en el marco de la visita a su par López Obrador y tomó la tribuna para hacer lo que mejor hace este oficialismo en la Argentina: buscar en el otro la culpabilidad de todo.

El presidente de la Nación, Alberto Fernández, dijo cosas en el país azteca, que seguramente tienen como objetivo satisfacer los deseos de su colega en esta dupla gobernante que tanto da que hablar.

Fernández no se enteró de lo que dijo el presidente de México antes de que el llegara a verse con el primer magistrado del país del norte.

Porque López Obrador hizo una defensa de la democracia en la aplicación de las vacunas y curiosamente dijo que en su país no hay hijos ni entenados a la hora de vacunarse.

Parecía que le estaba hablando a los argentinos por todo lo que sucedió con el Vacunagate, el Hospital Posadas y el Ministerio de Salud de la Nación.

Alberto lamentó que se haya tenido que ir el ministro por este escándalo, no quiso decir que en realidad debió echarlo por esta situación y no que Ginés González García haya renunciado, porque hasta último momento el funcionario intentó justificar los injustificable.

En lugar de hablar del escándalo de las vacunas en su país, en todo caso minimizó la situación, se ocupó de los jueces, la justicia, el gobierno anterior y otros hechos repudiables que no tuvieron la debida sanción.

Es una mala costumbre esa de patear la pelota al córner cuando hay que justificar una situación deleznable y como no hay mejor defensa que un buen ataque, rápidamente pegarle a la oposición.

El próximo lunes se inaugura un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional y en la oportunidad, como marca la Constitución reformada de 1994, el presidente de la Nación dirige su mensaje a los legisladores -en este caso, pandemia por medio, con mayor virtualidad- y debe hacer un balance de su primer año de gestión y anunciar lo que se viene en un año especial, que tiene las elecciones de medio término.

Ojalá Alberto Fernández sea el médico de este paciente llamado Argentina y que dé el diagnóstico adecuado, y que no plantee una radiografía que parece estar hecha en otro paciente.

Todos esperamos escuchar a Alberto hablar a todos los argentinos y no solo a los propios y a su socia, que sigue empecinada en reformar la justicia para zafar sus causas. Queremos saber si está dispuesto a gobernar para todos o lisa y llanamente se reduce a sus seguidores, obsecuentes o no, dejando de lado a los que no piensan igual y que aguardan tener un estadista al frente del país y no alguien manejable.

El lunes será un día clave para este año de pandemia, de vacunas repartidas con amiguismo, de defensa del valor de la palabra, de dar rienda suelta a la transparencia y a la honestidad intelectual. Soñamos con un Alberto que se para ante el Congreso y la ciudadanía dispuesto a cumplir aquello que prometió al llegar y que fue dejando de lado. Podrá echarle la culpa a la pandemia, que nadie previó, de todas maneras las cuestiones morales no tienen por qué chocar con la indiferencia de lo que le pasa a la gran mayoría de los ciudadanos de a pie.

POSDATA

Parece mentira pero es verdad. En México, la tierra de los mariachis, Jorge Negrete, Pedro Infante y Cantinflas, el presidente de la Nación Argentina dejó esta sentencia: "Terminemos con la payasada. No hay un delito por adelantarse en la fila".

Un eufemismo para justificar el Vacunagate..

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