SAN MARTIN, QUILMES Y LA PIRAMIDE DEL PROFESOR OLARTE

                                 Profesor Jorge Olarte


 José de
 San Martín está ligado a Quilmes, tal como lo recordó en su momento el profesor de Historia y miembro de número de la Academia Nacional Sanmartiniana, Jorge Olarte. El historiador quilmeño publicó en su momento que el Gran Capitán antes de viajar a Francia pasó por Quilmes y en ese sentido fue autor de una iniciativa que todavía está esperando concreción.

Hay una ordenanza sancionada en su momento por el Concejo Deliberante de Quilmes para instalar en la ribera un monumento, en forma de pirámide (con el estilo de la que está en Plaza de Mayo) para recordar que antes de viajar al exilio San Martín pasó por Quilmes. Esa mirada del padre de la Patria hacia la costa quilmeña ameritaba un recuerdo de este tipo para que el mundo que se acerque a la ribera sepa de esta cuestión que tiene sabor a historia.

Entonces, hay que saber que la ribera quilmeña fue el último lugar de la Patria que observó el General San Martín a bordo del bergantín de la Armada Argentina General Rondeau, al alejarse definitivamente de la patria.

El 9 de febrero de 1829, es decir pronto se cumplirán 192 años, el general San Martín echaba el último vistazo a la patria por la que tanto luchó.

San Martín se despidió de la patria por la que tanto luchó con la mirada perdida en las costas quilmeñas.

El 21 de noviembre de 1828, con pasaporte a nombre de José Matorras -su segundo apellido, el de su madre- dejando a su hija internada en el colegio europeo en el que se educaba y en compañía de su criado Eusebio Soto, se embarcó en el puerto inglés de Falmouth a bordo del Condesa de Chichester, rumbo a Buenos Aires pero rehusándose a desembarcar ante la situación política originada por el golpe de Juan Lavalle se alojó en el general Rondeau, desde allí partió a Montevideo y luego a su exilio definitivo en Francia.

El hombre de 51 años miraba el horizonte, a lo lejos, se desdibujaba un incipiente poblado. Era el caserío de Quilmes. 

Así San Martín se despidió de su patria con la mirada perdida .

Esa imagen fue la última que el Padre de la Patria guardó en sus retinas antes del obligado exilio europeo y quizás, los haya llevado consigo hasta el día de su muerte en Boulogne Sur Mer, Francia.

San Martín, como tantos otros próceres argentinos, murió lejos de su tierra en la que había luchado por la Independencia.

De ese extenso territorio en el que se enfrentó no solo al imperio español sino a las autoridades rioplatenses que lo dejaron sin respaldo en plena contienda.

Una profunda investigación realizada por el profesor Jorge Olarte permitió confirmar que Quilmes fue la última mirada que tuvo el Libertador aquel 9 de febrero de 1829, antes de partir al definitivo exilio.

Una publicación del diario La Gazeta, del martes 10 de febrero de 1929, decía: De acuerdo a noticias aparecidas en el período La Gazeta Mercantil, del martes 10 de febrero de 1829: Ayer a la mañana zarpó de las balizas interiores el bergantín de guerra General Rondeau y a la tarde recibió a su bordo al general San Martín que se hallaba a bordo del Condesa de Chichester para conducirlo a Montevideo.

Pasó su ancianidad en Grand Bourg, cerca de París y más tarde en Boulogne Sur Mer, donde murió el 17 de agosto de 1850.

Envejeció lejos de su patria pero no la olvidó nunca.

"Desearía que mi corazón fuese depositado en Buenos Aires".

Sus restos, desde 1880, son venerados en la catedral de Buenos Aires.

Considero que la ciudad de Quilmes debería recordar ese acontecimiento ocurrido hace casi 192 años, pues al hacerlo se honraría a sí misma.  

LA PIRAMIDE

En febrero de 2010, según se publicó en el Boletín oficial municipal quilmeño, se debió haber inaugurado en la ribera una réplica de la pirámide de mayo, para evocar la figura de San Martín. 

El municipio no cumplió la ordenanza que sancionó el Concejo Deliberante. 

La ordenanza es la 11359 de 2009 que proponía inaugurar el 9 de febrero de 2010 la pirámide en la ribera, porque Quilmes fue el último lugar de la Patria que observó San Martín antes de viajar al exilio.

En esa ordenanza se autorizaba al Departamento Ejecutivo a reasignar las partidas necesarias para el cumplimiento de la ordenanza.

La ordenanza fue sancionada por el Concejo Deliberante con 22 votos afirmativos y una abstención.

La ordenanza tuvo muchos avatares y contó con el respaldo del general Diego Soria, titular del Instituto Nacional Sanmartiniano.

Digamos que el profesor Olarte es el único quilmeño integrante de la Academia Nacional Sanmartiniana.

La pirámide debe ser levantada en el sector de la ribera ubicado frente a la intersección de Cervantes y Olavarría, donde el murallón tiene una hermosa saliente que servirá para resaltar el emplazamiento de la mencionada pirámide, Podría ser vista no solo desde tierra sino también desde las playas.

Pasaron once años y todavía se espera el cumplimiento de la ordenanza. No olvidar, como investigó el profesor Olarte: antes de su exilio San Martín pasó por Quilmes y clavó su mirada en estas costas. Esto debe recordarse con la construcción de la pirámide. 

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