NOCHEBUENA-NAVIDAD: REFLEXIONES EN UNA FECHA QUE NUNCA VIVIMOS


 Nochebuena, una festividad religiosa que mueve y conmueve al mundo desde hace más de dos mil años y que recuerda el nacimiento de Jesús en el pesebre de Belén, con María y José.

El mundo detiene en cierta manera su andar para celebrar estas "fiestas", que para algunos son simplemente una costumbre pero para muchos significan la esencia de un sentimiento religioso, en el más puro sentido de la palabra (relación con Dios).

Esta Nochebuena y Navidad 2002 tiene una particularidad muy especial porque se vive mientras el mundo atraviesa una pandemia enorme, con el coronavirus como causante y con la preciada vacuna, cualquiera sea la nacionalidad del laboratorio productor, capaz de paliar la situación que ya produjo gran cantidad de contagios y víctimas fatales.

En nuestro país los contagios superaron el millón y medios de casos y los fallecidos están por encima de los 42.000.

Cuando parecía que la curva de crecimiento comenzaba a descender, en muchos países la situación se ha agravado, han aparecido nuevas cepas, y en muchos lugares de Europa se han cerrado los ingresos y se han reforzado los confinamientos ante la gravedad de la cuestión.

En la Argentina la apertura que se veía viendo comenzó a tener algún deterioro, y se han tomado medidas de restricción, como la que se conoció en la provincia de Buenos Aires de prohibir las reuniones al aire libre con un número de hasta 200 concurrentes.

Así las cosas, desde el ángulo del confinamiento, el cumplimiento de los protocolos esenciales -distanciamiento social, uso de barbijos o tapabocas, etcétera- en la intimidad de la familia, por supuesto acotada en muchos casos por los factores señalados, es el momento de hacer frente a la reflexión y agradecer al menos la posibilidad de estar juntos. Porque si no hay posibilidad de participar en el mismo lugar, la tecnología hoy acerca a las personas, con las redes, Internet, la web y demás.

Se dirá que no es lo mismo. Se responderá que no hay besos, abrazos, contacto físico, sin embargo hay elementos que no hay pandemia capaz de borrar.

A la hora de hacer pedidos para el año próximo o defender el sentimiento práctico del significado de la Navidad -nacimiento- hay que reclamar por que se mantengan los valores esenciales de una sociedad, léase transparencia, respeto, ser buenas personas, tener una justicia justa, no dar rienda suelta a la impunidad, abolir la corrupción...

Es una Navidad especial, pandemia y coronavirus mediante, también con la llegada de las primeras dosis de una vacuna rusa que genera algunas inquietudes por la rapidez con que se introdujo al país, sin saber muchas veces sobre sus bondades. En fin...

Y es una Navidad especial porque estamos celebrando un nacimiento, cuando estamos a pocas horas de la discusión de la ley de interrupción legal del embarazo, que provoca sensaciones encontradas y en el caso de quienes celebramos la Navidad desde sus entrañas, no alcanzamos a comprender por qué desde la vida se va a autorizar lo contrario. En fin...

Son reflexiones que se encuentran en la esquina de una Nochebuena y una Navidad tan particulares, como nunca las hemos vivido y que nos dan la posibilidad de brindar por un mundo que merezca ser vivido. Ojalá....!!!!!!!!!!!!!!!

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