La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró al chamamé como patrimonio de la humanidad.
El sapucay, el tradicional grito correntino que está en la esencia de este género, se escucha en todo el mundo.
Se podrá decir que el chamamé es una manifestación cultural que comprende música y baile, propio de la provincia de Corrientes y del nordeste del país. Este género comienza en el siglo XVI y su importancia no es solo argentina, también tiene fuerte presencia en Paraguay, Uruguay, Brasil y la Patagonia chilena.
En un video que se difundió en la fecha el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, señaló que para todos los que aman el chamamé es un día de celebración y de júbilo. "Felicitaciones a la provincia de Corrientes, a todo el litoral... en realidad, a todo el país porque esa música le pertenece al país, de norte a sur y de este a oeste.
Dice la UNESCO que el patrimonio inmaterial proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad, favorece la creatividad y el bienestar social, contribuye a la gestión del entorno natural y social y genera ingresos económicos".
El chamamé, que pone en relieve la flora, la fauna, el amor a la tierra, cobra una dimensión internacional.
A la hora de hablar de referentes vale mencionar a Antonio Tarragó Ros (padre), Ramón Ayala, El Mensú, Ramona Galarza, Tránsito Cocomarola, Teresa Parodi, Antonio Tarragó Ros (hijo), Mario Bofil, las Hermanas Vera, el Chango Spasiuk, Nini Flores, entre otros.
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