EDUARDO LUIS CHAVANNE CUENTA AQUEL TRAGICO ATAQUE AL BATALLON DE MONTE CHINGOLO

Eduardo Chavanne 


                              En Monte Chingolo (foto en Infobae)


 
La nota aparece hoy en Infobae y tiene como protagonista a un quilmeño, Eduardo Luis Chavanne, quien desde hace años reside en Santa Clara del Mar.

En la oportunidad recuerda su protagonismo en la defensa del batallón de Depósito de Arsenales Domingo Viejobueno, en Monte Chingolo, cuando aquel 23 de diciembre de 1975 una columna del ERP atacó para robar armamento.

Eduardo Luis era conscripto en ese momento -clase 1954- y relató al periodista Adrián Pignatelli los trágicos momentos aquella tarde crepuscular en las vísperas de la Nochebuena del 75.

Relata el periodista lo que le contó Eduardo: el sargento Saravia, pistola en mano, lo tironeó con fuerza del brazo, justo cuando un camión Mercedes Benz 1112 azul, que manejaba "el sargento Manuel", del ERP, embistó el portó del batallón. Así las dos hojas se abrieron violentamente.

Eduardo Luis, fana Cervecero -el presidente de la filial del Quilmes AC, Jorge Gáspari, de Mar del Plata- también luce con orgullo su condición de bomberos voluntario (en ese cuartel en ese momento su jefe era Juan Barbolla, bombero al igual que su hermano Miguel, hoy en Bariloche, también Cervecero porque preside la filial QAC de esa ciudad, que se llama Horacio Milozzi).

Sigue la nota de Pignatelli que Eduardo debía cumplir el servicio militar en el distrito La Plata, él quería ser paracaidista. Fue destinado en la IV Brigada Aerotransportada de Córdoba. A los pocos días lo mandaron otra vez a Buenos Aires, con una camada que salía de baja. Dice Eduardo: "Viajé con los cardenales, como le decían por las boinas rojas que lucían" recordó.

Todos los miércoles se presentaba en el distrito Militar de La Plata y en todas las ocasiones le decían que no tenía destino. Hasta que un jueves se presentó y lo enviaron al batallón.

MARTES 23

Año 1975. Martes 23 de diciembre. Eran las 18.50 cuando, como se contaba al principio, el sargento Saravia lo tomó del brazo. Le tocaba el puesto 9, conocido como "la tosquera", sobre la avenida Pasco.

La nota está acompañada por fotos que acercó Eduardo, ya como soldado o con su arma FAL.

"Estábamos donde caería el soldado Sessa", explicó. Un camión ingresaba violentamente en el cuartel. Ambos fueron a refugiarse a la cantina, y mientras corría cargaba su FAL. El cantinero, su esposa y una empleada no entendían lo que pasaba.

"NO ES CON VOS"

Continua el relato. En la cantina había otros dos soldados. Chavanne rompió el vidrio de una ventana y empezó a disparar. Un proyectil le rozó la oreja. Incrédulo, se sentó. 

Los gritos de Saravia lo volvieron a la realidad: Vamos, vamos, apunten. 

Cuenta Eduardo Luis que en medio de los disparos, cuando estos paraban se escuchaban voces de los atacantes que decían: Soldado, rendite, la cosa no es con vos. 

La guardia, al lado de la cantina, estaba acribillada. Una granada cayó en la cantina y generó que se derrumbaran los cajones de gaseosas.

Chavanne, en el momento en que cambiaba el cargador de su fusil, fue herido en la pierna izquierda. En ese momento, guardó en su puño cerrado un proyectil que había estado a punto de meterlo en el cargador.

HOSPITAL MILITAR CENTRAL

Los heridos fueron llevados a la jefatura y de ahí en helicóptero al Hospital Aeronáutico, donde se realizaron las primeras curaciones. 

Después fue derivado al Hospital Militar, donde estaría cerca de un mes. La familia sufrió el hecho, con mayor dramatismo porque hubo una confusión. El papá concurrió al cuartel para preguntar por su hijo y el guardia hizo el ademán de que no lo conocía, lo que llevó al papá a creer que lo habían matado.

Cuando le dieron el alta volvió al regimiento y le firmaron la libreta.

LAS SECUELAS

Cuenta el periodista que para Eduardo, como para tantos otros conscriptos la vuelta fue difícil. Dejó a la novia, renunció a los bomberos, no contaba lo que había vivido y tampoco quería que le hagan preguntas. Durante muchos años ni siquiera pasaba por la puerta del cuartel.

En la nota aparece la foto de un rosario que dos monjas le regalaron cuando estuvo internado en el Hospital Militar Central.

Hoy, Eduardo Luis, vive en Santa Clara del Mar desde hace tres décadas, es abuelo. En esa ciudad de la costa atlántica tiene una pequeña distribuidora de herramientas.

28 DE MARZO

El pasado 28 de marzo cumplió 66 y según le cuenta al periodista no cree en las muchas versiones que rodean al episodio del batallón de Monte Chingolo.

Dice que es mentira que en el cuartel se estuviera esperando el ataque y recuerda que por la cercanía de Navidad la mitad de la compañía comando y servicio estaba licenciada.

Negó que se hubieran cavado pozos de zorro y que el jefe estuviera apostado con una ametralladora en lo alto del tanque de agua, bastante lejos del portón de entrada.

Y menciona que uno de los soldados, el galleguito Martínez, era informante del ERP y siempre preguntaba sobre el cuartel. Como dato, después del ataque, desapareció.

La nota concluye con la indignación de Eduardo Luis al saber del aplauso que se le dedicó días pasados a los montoneros el día de los derechos humanos, acto realizado en la ex ESMA con la presencia del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Quien esto reproduce se comunicó con Eduardo Luis, a quien conoce desde hace años -tuvo un paso por el diario El Sol, donde expresó su pasión por la pesca y el Cervecero- y reconoció que se había animado a hablar, después de tanto tiempo, porque sintió que era el momento de que se conociera la realidad de un trágico episodio ocurrido hace cuatro décadas y media.

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