IMPUESTO A LAS GRANDES FORTUNAS: SANCION DE DIPUTADOS


 Como en los viejos tiempos, diría un histórico cronista parlamentario o un taquígrafo de los que "peinan canas" para sintetizar la sesión de la Cámara de Diputados de la Nación, que en unas 20 horas terminó aprobando el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo que impone un gravamen a las grandes fortunas, aunque se lo presente con el eufemismo de "aporte solidario". Hubo 133 votos positivos, 115 negativos (el cuerpo tiene 257 miembros).

El "aporte solidario" generalmente tiene consenso de quienes lo brindan, pero en este caso se trata de un gravamen, obligatorio, para los que tengan un capital superior a los 200 millones de pesos (algo menos de 2 de millones de dólares).

Curiosamente los grandes propulsores de la iniciativa en Diputados fueron quienes, al menos uno, tiene la obligación de pagar el impuesto porque su capital supera con creces la suma. Se trata del titular del bloque de Juntos por el Cambio, Máximo Kirchner.

Los que alientan esta iniciativa la justificaron en la necesidad de hacer frente a una serie de necesidades que determina la hora económica, social, sanitaria, del país. Se dice que una parte podría destinarse a una eventual cuarta cuota del IFE, también cuestiones que hacen a la pandemia y el coronavirus, etcétera, etcétera.

Y se habla de "por única vez", algo que no debe sorprender a los argentinos y a los estudios de los gravámenes, porque quienes estudiaron ciencias económicas, a la hora de la historia recuerdan que en los 30 surgió "por única vez" el llamado impuesto a los réditos. Fue variando año a año y sigue firme, por más que se le cambie el nombre.

Entonces, con justificada razón se puede decir que esta condición podrá cambiar con el argumento de que siguen las necesidades que determinaron su sanción.

Hay rapidez para aprobar esta medida, en ese sentido va de inmediato al Senado y se espera que se aprueba la próxima semana, para que sea promulgada la ley lo más pronto posible.

Recordemos que a diferencia de otros tiempos de sesiones maratónicas, en este caso, por razones obvias -pandemia presente- el sistema es mixto, o sea, presencial y/o virtual.

En este sentido digamos que comenzó presidiendo la sesión un diputado del PRO, Alvaro González, y terminó haciéndolo el presidente de la Cámara, Sergio Massa, quien en principio no estuvo porque debió aislarse por haber estado cerca de un representante del Fondo Monetario Internacional, a quien  se le detectó el coronavirus. Eso ocurrió hace dos días y se esperaba una respuesta médica, que en principio surgió para que Massa se presentara en medio de la sesión y terminara presidiéndola.

Se dice que esta sanción podría generar una catarata de juicios por parte de afectados, que arguirían que la medida es inconstitucional porque vulnera el principio de la no retroactividad y también el tema de la doble imposición, por bienes personales.

Así las cosas Diputados volvió a vivir una larga jornada de sesión, con toda una noche incluida, como en los viejos tiempos en que el recinto desafiaba la voluntad de legisladores, personal y fundamentalmente taquígrafos, los que como ojos y oídos de la vida legislativa argentina están siempre firmes junto al funcionamiento de la Cámara.

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