EL ULTIMO ADIOS A DIEGO ARMANDO MARADONA ...


 Fue un jueves demasiado especial, para la Argentina y para el mundo, futbolero y no tanto, que se conmovió con la muerte de Diego Armando Maradona.

Hoy se realizó el velatorio en la Casa de Gobierno -en realidad durante la madrugada pudieron ingresar allegados al Diez y algunos que sin duda suelen generar rispideces, como el caso que se comentó del barra de Boca, Di Zeo- con la presencia de miles de personas que hicieron largas colas para dar el último adiós a Maradona.

En principio se habló de las 16 como hora tope para luego desarrollar el paso hacia el cementerio Jardín Bella Vista. Pero era tanta la cantidad de personas que esperaban a primera hora de la tarde que comenzó a hablarse de estirar la despedida hasta las 19. Sin embargo, por los trascendidos la ex esposa de Maradona y sus hijas, Dalma, Gianina y Jana, se negaron a estirar los horarios.

Eso generó los inconvenientes propios de una multitud, que a lo largo de varias cuadras -se habló de tres kilómetros de cola- esperaba el momento de entrar a la Casa de Gobierno.

La situación se complicó porque comenzaron los forcejeos, la actuación de la policía que empezó a evitar más ingresos y en ese tire y afloje, todo empeoró y llegó un momento en que hubo represión, corridas, sobre todo cuando algunos, ligados con barras de Boca y Gimnasia, lograron vencer las vallas y entraron a la Casa de Gobierno, donde hubo nuevos incidentes, se rompieron algunos elementos, y el que sufrió las consecuencias, curiosa paradoja del destino, fue el busto de Hipólito Yrigoyen, quien fue presidente de la Nación entre 1916 y 1922, y entre 1928 y 1930, cuando fue derrocado por un golpe militar.

Lo cierto es que se retiró el féretro del lugar donde estaba para preservarlo y se aceleraron los tiempos. Así a eso de las 17.30 partió el cortejo fúnebre hacia el cementerio, con una importante escolta policial, que fue abriéndose paso en medio de una multitud que saludaba a Diego desde los guard rails o acercándose al propio cortejo.

A las 19 el cortejo llegó al cementerio Jardín de Bella Vista, donde se realizó la ceremonia íntima con presencia de los más allegados y algunos conocidos como el ex representante Guillermo Cóppola.

Así se le dijo adiós al más grande futbolista argentino de todos los tiempos, que trascendió las fronteras y que provocó reacción ecuménica como nunca se había visto.

Todos los medios se esforzaron para producir ediciones especiales, contando anécdotas, historias, escalones en la vida de Diego y mostrando la personalidad de alguien que con sus virtudes y sus defectos representó como nadie al fútbol argentino. En todo el mundo, decir Argentina es decir Maradona.

Lo que viene de aquí en más, como no podía ser de otra manera, seguirá alimentando medios, porque ya se atisban algunos datos de peleas, cuestiones judiciales, etcétera, herencia mediante. 

Para el ciudadano común y el futbolero de alma, se fue Maradona físicamente, pero quedarán para siempre sus gambetas que hicieron correr sonrisas, lágrimas y sensaciones a todos los que admiraron su enorme talento con la pelota. Esa pelota que no manchó y que lo hizo universal.

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