Desde este mediodía la Cámara de Diputados de la Nación considera el denominado Impuesto a las Grandes fortunas, presentado como eufemismo como aporte solidario.
Se trata de una iniciativa del oficialismo, que propician los diputados Carlos Heller y Máximo Kirchner, que prevé el gravamen a quienes cuenten con más de 200 millones de pesos en su haber.
La oposición rechaza la propuesta, arguyendo que detrás del argumento de gravar a los más ricos, se esconde la necesidad imperiosa de sumar recursos para hacer frente a las necesidades del Estado, incluso se dice que una parte puede ir para un nuevo IFE, porque desde el gobierno se había anunciado que este aporte iba a ser suprimido en diciembre.
Así las cosas se escuchan expresiones de los legisladores, a favor y en contra, en forma encendida y dentro del marco de sesiones mixtas, con presencialidad y virtualidad.
La novedad es que preside Alvaro González -foto- en lugar de Sergio Massa, quien se encuentra aislado por haber tenido contacto con representantes del Fondo Monetario Internacional, uno de cuyos integrantes tiene Covid.
Esta sesión se encuentra realizándose en coincidencia con el denominado Día del Militante, conmemorando 48 años del regreso del general Perón a la Argentina tras 17 años de ausencia. Por eso la militancia se acercó hasta el Congreso, junto a representantes de sectores sociales.
EL PROYECTO
DEL ABORTO
En medio de la intensidad que registra la sesión en la Cámara Baja, se ha agregado un nuevo condimento al combo de la situación del país, como es el anuncio del envío al Congreso del proyecto de ley de interrupción legal del embarazo, más conocido como aborto.
Lógicamente el anuncio ya registró las dos campanas, entre verdes y celestes, según estén a favor o en contra de la iniciativa, que seguramente también va a generar una reacción tanto de la Iglesia católica como de los credos protestantes.
Dicen desde el oficialismo que esta vez tienen los votos para la aprobación, pero para ello habrá que esperar porque en medio estará un explosivo debate que va a ocupar a la opinión pública en los próximos días. ¿Será el momento adecuado para tratar una cuestión tan espinosa...?
Vale señalar que la opinión pública no deja de ser bombardeada por temas, que se suman a la situación especial de la pandemia, el coronavirus, la mayor apertura de actividades y los resultados del confinamiento sanitario y económico, que a la larga, mientras se espera con ansiedad la llegada de alguna de las vacunas que andan rodando por el mundo, está demostrando que la estrategia del gobierno argentino sucumbió frente a la realidad, porque el país en los primeros cuatro puestos en materia de casos y muertos por millón de habitantes.
Junto a esta situación hay que señalar que siguen en el país los integrantes del FMI, negociando con el gobierno un arreglo, aunque tengan que soportar los misiles que de vez en cuando, vía carta, envía la vicepresidenta de la Nación, algunas veces por interpósitas personas, como los senadores del oficialismo.
La vice, que comparte el gobierno con el presidente -algunos dicen que hace un mes que no se hablan, pero el presidente se ve obligado a avalar lo que hace o dice para evitar mayores roces- sigue preocupada por su situación judicial y continua su batalla para que la reforma judicial, las modificaciones en el Poder Judicial, etcétera, resulten el mejor aval para seguir licuando su ubicación ante las causas que la implican.
Argentina, vale reconocerlo, siempre mueve y conmueve. Pone al periodismo cada día en una situación de alerta y respuesta, para hacer frente a la maravillosa profesión de brindar a la comunidad lo que realmente pasa.
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