Ni el fallo de la Corte Suprema, que podría conocerse hoy, ni las dos marchas de los últimos días -120 y 170- ameritan tanto interés, porque hoy la Argentina tiene un tema que hace a la necesidad de comenzar a aplicar aquella recomendación de Ortega y Gasset de "argentinos a las cosas".
La inseguridad es el tema número uno que tendría que mover y conmover a los argentinos, para aplicar medidas que permitan atacar este enorme flagelo.
Los medios dan cuenta del hijo de un empresario quilmeño secuestrado una semana -Quilmes a diario agrega que fuentes policiales dijeron que habría otros dos empresarios secuestrados-, un tiroteo en un colectivo de la línea 100 a la altura de Barracas derivó en la muerte de un policía, quien vivía en Quilmes y de un empleado de recolección residuos que viajaban en el vehículo-, y otros hechos de la misma índole sacuden al gran Buenos Aires y la Capital como un desafío para las autoridades.
La pandemia, el confinamiento, el coronavirus, constituyen un combo explosivo, y la inseguridad obliga a ponerse las pilas para que estos hechos no sigan sacudiendo a la opinión pública.
En Sarandí hay un vecindario sacudido por la muerte del empleado de recolección de residuos en el colectivo, lo mismo en el nuevo caso de un policía asesinado.
En Quilmes se pretende instalar una alcaidía, para mejorar la situación de los detenidos, hacinados en comisaría... Nadie puede negar la importancia de la intención, se podría discutir la oportunidad. De todas maneras, habría que buscar maneras de hacer frente a la ola de inseguridad que sacude todos los días los medios.
Ayer la directora del NODIO, Miriam Lewin, explicó en el Congreso los alcances de un organismo que ocupa y preocupa. Se supone que las noticias de inseguridad no son fake news. Por el contrario, interpelan a los responsables de proteger a los ciudadanos...
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