EL 17 DE OCTUBRE, UNA HISTORIA QUE CONTO CIPRIANO REYES


Cipriano Reyes fue un sindicalista, escritor, poeta, que se dio el gusto de publicar en su momento un libro que lo decía todo: Yo hice el 17 de Octubre.

Muchos peronistas no lo ponderaban porque en ese libro contaba la verdadera historia de la gesta de ese día de 1945, cuando una multitud marchó a Plaza de Mayo para reclamar por la libertad del coronel Juan Domingo Perón, quien como secretario de Trabajo y Previsión había alentado una verdadera revolución en materia de leyes laborales, con muchas conquistas del universo obrero que se transformaron en estas históricas leyes que hacen a los derechos del trabajador.

Una de las cosas que siempre contaba Cipriano -quien fue secretario del poderoso gremio de la carne de Berisso- es que la mayoría de los sindicatos no adhirieron a la medida de aquel 17 de octubre. Fueron pocos los que alentaron la marcha, que se organizó en todos los órdenes para derivar en la gran manifestación en la emblemática plaza.

Cipriano decía que ese 17 no estuvo Evita en la Plaza o al menos no participó personalmente en la organización, más allá de que ya tenía un peso fundamental en la vida del líder.

La gente logró a última hora de que Perón fuera liberado de su prisión en la isla Martín García y que saliera al balcón para pronunciar su discurso y ganarse los vítores de la multitud.

También se habló del 18 de octubre -los sindicatos habían convocado a un paro para ese día- que terminó en convertirse casi como una ironía en el día de San Perón, humorada por medio.

Cipriano Reyes en su momento conoció en Quilmes a la escritora y titular de la SADE local, Sara Sastre, con quien se puso en pareja. O venían los dos o lo hacía cada uno por su parte al diario El Sol para contar anécdotas y hablar de poesía o literatura.

En el caso de Cipriano el 17 de octubre era el tema por antonomasia y lo que significó en el nacimiento del peronismo, con toda la implicancia que tuvo en el país y en el mundo como movimiento.

Cipriano tenía su personalidad y también hablaba de las peleas con Perón, porque seguía fiel al partido Laborista que había fundado y que lo llevó a ser diputado nacional. Esas peleas con Perón y el peronismo le trajeron problemas, algunos graves en su salud, porque Perón no quería que Cipriano y otros estuvieran fuera del movimiento (aquello de sacar los pies del plato).

Pasaron siete décadas y media de aquel histórico día de la lealtad. Hoy el peronismo, encabezado por el poderoso sindicato de Camioneros, con Hugo Moyano al frente ha movilizado a su gente, en forma presencial y virtual, apoyando al presidente y buscando contrarrestar de alguna manera esa calle que durante años fue propiedad del partido y que en los últimos tiempos también ha dado lugar para que salga otra parte de la sociedad, con las banderas de la libertad, la justicia, los valores...

El 45 es un año histórico en la vida argentina. Los historiadores llenaron  páginas interpretando la lectura de ese cambio, el caso más emblemático Félix Luna y su libro El 45.

Mucho se habló de aquel 17 de octubre, de los puentes levantados en Avellaneda y los manifestantes cruzando el Riachuelo para llegar a la meta. Las fuentes de la Plaza de Mayo y los asistentes lavándose "los pies" como una versión modernosa de la gesta de Cristo con los Apóstoles, si cabe la irrespetuosa comparación.

En este 2020 el día de la lealtad pone sobre el tapete la realidad, que es la única verdad -frase de Aristóteles que repetía Perón- y quizás haya que pensar y soñar con que hoy más que nunca se pongan en vigencia los principios de lealtad a esos valores que nunca tienen que perderse: honestidad, justicia, educación, transparencia... o sea, ser buenas personas por antonomasia.  La Argentina lo necesita hoy más que nunca...

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