Se exhibió por Cine.ar, el espacio INCAA, Buscando a Panzeri, el filme documental de Sebastián Kohan Esquenazi (foto).
Un intenso trabajo de investigación por parte del director para ilustrar al público sobre el periodista deportivo Dante Panzeri, quien falleció el 14 de abril de 1978, y dejó su impronta en cuanto a los valores de la profesión.
Escribió un libro emblemático, Fútbol dinámica de lo impensado, que se publicó en 1967 y que pudo reeditarse en 2012.
Allí expone principios sobre lo que entiende al más popular de los deportes, y traza los lineamientos de la defensa del juego como filosofía de vida, alejándose de los sistemas, del mercantilismo y de los intereses que ya en esos tiempos iban rodeando al profesionalismo.
Murió un mes y medio antes del mundial de 1978, que se realizó en el país y que ganó la Argentina con el equipo que conducía César Luis Menotti.
Panzeri -lo muestra la película- se oponía a la realización del mundial, en medio de una feroz dictadura militar. Decía que el país no estaba en condiciones de concretar una movida de semejante magnitud, por razones económicas y por la pobreza existente, y en ese sentido se dirigió al almirante Lacoste para decírselo con todas las letras y encontró un rechazo de parte del militar.
Su oposición al mundial y su pasión por la libertad de expresión -había que hablar en tiempos de la junta militar- le costaron algunos disgustos, incluso la visita de tres militares a su domicilio para pedirle que dejara de criticar, algo que él rechazó. La película cuenta que les ofreció café, que los militares le dijeron lo señalado y que él mantuvo su pensamiento. Los militares no consumieron los cafés, que al final tomó Dante y se fueron.
Panzeri tuvo una larga trayectoria periodística, con principios que mantuvo durante toda su vida. Nació en Córdoba en 1921 y muy joven vino a Buenos Aires. Como periodista estuvo en varios medios, como Crítica, Crónica, la revista Así, pero su mayor trascendencia pasó por la revista El Gráfico, de los Vigil, donde llegó a ser director.
Fueron muchos años de lucha y de fidelidad a un pensamiento, que le valieron críticas. El Gráfico bajó sus ventas en forma notable, porque quedó atrás la etapa del periodismo light o rosa, que gambeteaba la crítica y que trataba de estar bien con todos.
ANTONIO BAEZ
Se cuenta la anécdota que el dueño de la editorial Atlántida, Vigil, le pidió la publicación de un artículo del ministro Alvaro Alsogaray. Panzeri se opuso, arguyendo que una revista deportiva no podía dejar un lugar a un ministro de Economía. Dijo que no y prácticamente decidió su salida, con una salvedad. Pidió dirigir su última edición y así lo hizo: en ese último número, puso en la tapa a Antonio Báez, con la camiseta de River, con el título: Justicia para un olvidado. La realidad era que hacía diez años que Báez se había retirado. Una tapa que muestra a un Panzeri auténtico.
Así era Dante, y así se lo muestra en la película de Kohan Esquenazi, donde se escuchan distintos testimonios. El director comenzó buscando a los Panzeri de la guía para saber si podía contactar con los descendientes.
Esa intensa búsqueda tuvo sus frutos, porque llegó a María Luisa Maestri, quien se casó con Dante en un romance corto y lindante con el flechazo. La conoció en Italia, en la Gazzetta dello Sport y quedó atrapado, a tal punto que le ofreció casamiento y se lo comentó a un amigo: Me caso con una italiana.
Lo cuenta la viuda de Panzeri, quien también habla de los problemas que tuvo su marido por su forma de hacer periodismo, fiel a la verdad, tropezando con los intereses de turno... y el gobierno militar.
Hablan asimismo los hijos: Flavia y Sandro, quienes cuentan los últimos días de su padre, que estaba enfermo.
Hay una anécdota que lo pinta de cuerpo entero. Alguna vez dio una primicia en Teleonce, denunciando a periodistas que armaban una revista por el mundial 78, y buscaban publicidad diciendo que representaban al almirante Lacoste. Dante lo denunció en el canal y le costó el puesto, como lo sabía. Pero inició un juicio y lo ganó. Su abogado, Nelson Domínguez, lo cuenta: le anunció que ganó el juicio a la esposa de Dante el mismo día en que el periodista moría.
Dante Panzeri se enfrentó al poder, fatigó con su libro y con su prédica los principios de un fútbol basado precisamente en esa histórica definición -dinámica de lo impensado- que tanto pregona el periodista Horacio Pagani y lo hace enfrentar con los jóvenes periodistas que hablan de dinámica de los ensayado.
La película refleja la antítesis Panzeri-Muñoz, en este último caso por José María Muñoz, el relator de la Oral Deportiva y difusor del mundial, como la voz del gobierno militar con el fútbol como pantalla. Pero atrás habían desaparecidos, las madres y abuelas de Plaza de Mayo que reclamaban por sus hijos.
Panzeri se ganaba enemigos, hasta los futbolistas de la selección mundial 66 en Inglaterra -lo cuenta Roberto Perfume, que dice que él no participaba- lo insultaban en el país europeo por sus opiniones.
FUTBOL ESPECTACULO
Una de las grandes batallas que libraba Dante estaba relacionada con el llamado fútbol espectáculo, que encontraba en los presidentes de entonces de Boca, Alberto J. Armando y de River, Antonio V. Liberti, los principales difusores. Panzeri se oponía abiertamente y se ganaba sus diatribas. Armando llegó a ir a un programa de televisión donde estaba el periodista, con intención de agredirlo por sus comentarios.
CARLOS ULANOVSKY
El periodista Carlos Ulanovsky habló del paso de Panzeri por la revisa Satiricon y cuenta la posibilidad que tuvo de hacer humor. Incluso cuenta una nota que se basó en un reportaje de Panzeri a si mismo, con las broncas que sumó en más de tres décadas de labor.
Lo curioso es que no quiera hablar en el filme el periodista Jorge Llistosella, quien siempre se proclamó que era un poco hijo deportivo de Panzeri y lo admiraba sobremanera. Prefirió guardarse todo lo que sabe de él.
Los que sí hablan son los periodistas Diego Bonadeo y el Ruso Verea. Y el filósofo Tomás Abraham.
Dinámica de lo impensado, el libro que todo periodista deportivo debiera leer para conocer el pensamiento de un hombre que vivía como pensaba y que ponía los principios y los valores por encima de todo, y más allá de los problemas que le causaban su forma de ser.
Panzeri aparece al final en una nota en la que habla del técnico chileno Fernando Riera y subraya su coherencia y honestidad, porque no se ata a los sistemas o a las rigideces de los técnicos que fueron apareciendo después.
Precisamente el doctor Bilardo prefiere no hablar en la película.
En fin, se trata de rescatar a Panzeri y el director, con mucho esfuerzo e investigación, logró que el espectador que nunca oyó hablar de él conozca a quien luchó contra los molinos de viento, como dice alguien que lo conoció.
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