La pandemia, el confinamiento, el coronavirus, etcétera, han conformado un combo preocupante en la principal categoría del ascenso del fútbol argentino. Todavía no se sabe cuál será el formato de disputa, aunque las versiones aseguran que finalmente va a prevalecer la decisión de jugar partidos eliminatorios -ida y vuelta- en las primeras fases, comenzando con los que se ubicaron entre los puestos séptimo y décimosexto de cada zona.
Si es así, Quilmes tendrá que eliminarse ante Chacarita, sin duda un choque que en otros tiempos podría sonar a final (no olvidar que Chaca en 1969 y Quilmes en 1978 fueron campeones de primera división).
Si se disputa en este sistema, ya hay críticas porque Tigre -el que más se reforzó e incluso está disputando la copa Libertadores- no jugará la primera fase y en la segunda tendrá que eliminarse con el ganador del choque Almagro-Brown de Adrogué. Los de José Ingenieros o los del sur del conurbano llegarán a la eliminación con Tigre con la mochila de dos partidos eliminatorios antes, y deberán enfrentar al de Victoria, primero en José Ingenieros o Adrogué y la revancha en cancha del Matador.
Hay quienes critican esta definición y sostienen que deberían jugarse las 9 fechas que restan para que el torneo termine desarrollándose como era antes de la pandemia.
Los que dicen esto aseguran que hay clubes que estaban mal posicionados y ahora van a cotejar en igualdad de condiciones con los que estaban encumbrados. Hay algunos que sufrieron el desfase de varios futbolistas que se fueron -el caso más emblemático, el líder de una de las zonas, el San Martín tucumano, que recién ahora comenzó a reforzarse para buscar el ascenso con el consuelo de entrar a jugar en la tercera fase.
En fin, habrá que esperar para saber definitivamente cómo se disputa el torneo y si se confirma la especie trascendida entonces habrá que afilar las uñas para arañar resultados que permitan seguir en carrera.
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