CONVOCAN PARA CONSTITUIR EL CONSEJO NACIONAL POST PANDEMIA


Se ha conocido que la Pastoral Social en su documento Reflexiones y aportes en la búsqueda de un país para todos -documento preparatorio de la jornada de pastoral social 2020- ha convocado a constituir el Consejo Nacional Post Pandemia. Escenarios institucionales para debatir el modelo de país.

Se dice que resulta imperativo habilitar reflexiones y espacios de encuentro que permitan procesar la crisis y poner en marcha mecanismos institucionales permanentes que propicien otras formas de vida.

Este ejercicio colectivo de pensamiento y compromiso que busca definir y acordar un modelo de largo plazo requiere de un ámbito institucional representativo.

Espacio de trabajo, reflexión e intercambio que otorgue densidad y profundidad a este proceso, descartando y superando las lógicas dominantes que transcurren en el escenario mediatizado que privilegia la política espectáculo.

Ese ámbito debe inspirar nuevas políticas públicas y al mismo tiempo, permitir una acumulación suficiente de poder -lo que supone diálogo y negociación- para poder implementar en una secuencia articulada un plan de mediano y largo plazo.

Este espacio de encuentro, que se podría denominar Consejo Nacional Post Pandemia, debería reunir a las representaciones políticas, gremiales, empresarias (rurales e industriales, pequeñas, medianas y grandes) como a los movimientos sociales, sectores financieros, académicos, personalidades destacadas de la cultura y referentes religiosos con el objetivo de echar las bases de un modelo de desarrollo con un horizonte a diez años.

Un modelo que recoja lo mejor de la experiencia argentina en el ámbito productivo, que valorice las potencialidades agrarias e industriales en su dimensión interna (en el denso entramado de pymes y economías regionales), en su fax exportadora (aumentando el volumen y el valor de las exportaciones) y que potencie las experiencias asociativas, en corredores productivos, cadenas de valor, etcétera. Un modelo donde la educación, que es fundamental para hacer posible el sistema científico tecnológico, se comprenda como el mecanismo de transmisión basal sobre el cual se recrean las condiciones para el sostenimiento y la construcción de lo común. 

Sobre ella descansa la formación general de la población así como la posibilidad de generar los perfiles profesionales necesarios para el crecimiento del país. Un modelo que recoja lo mejor de nuestros modos de organización institucional de los trabajadores, que sea capaz de recuperar las formas desarrolladas por el sindicalismo nacional en su más que centenaria trayectoria así como nuevas formas de organización de los movimientos sociales.

Un modelo que potencie procesos que permitan pasar de una economía informal precaria a una economía popular o de producción cooperativa donde estas actividades primarias sean consideradas como primer escalón o fase y no punto de llegada o cristalización. La combinación de trabajo precario y transferencias monetarias, si bien útiles en las coyunturas de extrema crisis social, no pueden ser el horizonte de vida para familias que viven marginadas o excluidas. Un modelo que recupere las experiencias válidas en materia de planificación del desarrollo. Un modelo que revalorice los modelos de concertación del pasado, incluso aquellos que quedaron en el plano de los intentos, resultaron fallidos o fueron debilitados y atacados.

Por esto es necesario convocar a una pluralidad de voces, como se dijo, en torno a la construcción de un plan de desarrollo de mediano y largo plazo para superar los males del cortoplacismo; la tendencia a la renta fácil, asociada a la especulación; las falsas disyuntivas (como la que habitualmente se postula entre el sector industrial y el agrario) y el movimiento pendular y destructivo en el que vive la Argentina.

Esto hace imposible afirmarse sobre condiciones sólidas a partir de las que se asiente la justicia social y detener el deterioro de los indicadores sociales.

El ejercicio propuesto debe estar orientado en favor de la creación de riqueza y la distribución progresiva del ingreso, la reindustrialización, la creación de puestos de trabajo y el desendeudamiento.

Un ejercicio que permita identificar los procesos viciosos y revertirlos, rechazar la primarización, la especulación financiera, la fuga de capitales, la evasión fiscal, la inflación y la concentración económica.

Un ejercicio que saque del paradigma tecnocrático y de un modo neoliberal de producción de la vida asentado sobre una cultura del descarte, esa especie de darwinismo social en el que solo importa la persona como un ser de producción y de consumo donde los más débiles no tienen lugar ni consideración.

Un ejercicio que identifique lo justo y lo injusto del endeudamiento externo, la aplicación de una progresividad tributaria, la repatriación de capitales con fines productivos y las modalidades del crédito para el desarrollo productivo asociado al mercado interno o al agregado de valor a las exportaciones. 

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