BERAZATEGUI HOMENAJEO A LA DOCTORA JULIETA LANTERI


 La Municipalidad de Berazategui homenajeó a la doctora Julieta Lanteri, poniéndole ese nombre a la Dirección Municipal de Medicina Preventiva, que se trasladará a la localidad de Souriguez. Cabe recordar que el año pasado se le puso el nombre de Julieta Lanteri a la avenida 21 en Berazategui.a

Julieta nació en Italia y desde chica vivió en la Argentina, donde fue la primera mujer en recibirse de bachiller y una de las primeras en cursar la carrera de medicina en La Plata.

La decisión municipal de Berazategui -localidad en la que vivió- es un merecido homenaje a esta reconocida luchadora, médica y política, que fue la primera en Sudamérica que votó, el 26 de noviembre de 1911.

Hay un libro de la escritora quilmeña Ana María de Mena, Paloma Blanca, que se ocupa de la doctora Julieta Lanteri y cuenta su vida y sus logros.

Dice Ana María que contemporánea de las más destacadas mujeres de su tiempo y vinculada a ellas por su profesión o por las iniciativas cívicas que animaba, Julieta participó de varias asociaciones que la tuvieron como protagonista.

Compartía la preocupación del partido Socialista en la temática obrera, por los menores que trabajaban y por todas las inquietudes sociales.

Así cuenta que junto a Julieta, Pascuala Cuetto, Elvira Rawson  de Dellepiane, Sara Justo, Cecilia Grierson , María Luisa Begino, Raquel Camaña, Alfonsina Storni, entre otras, son las que adhirieron  a distintas instituciones que reclamaban por los derechos femeninos.

Cecilia Grierson, primera médica argentina y Julieta Lanteri, también médica, se entendieron  rápidamente y fundaron el Centro de Universitarias Argentinas, que las tuvo como protagonistas y animadoras.

CANDIDATA A LEGISLADORA

La vocación de la doctora Lanteri, cuenta Ana María de Mena, por la política surgió en forma algo repentina y un periodista de Caras y Caretas la entrevistó en su casa de Olivos para consultarla cómo había decidido lanzar la candidatura a diputada nacional. Explicó que un domingo de carnaval se despertó con el ferviente deseo de postularse y rápidamente redactó un manifiesto. Pocos días después algunas paredes de la ciudad de Buenos Aires aparecieron con carteles y la figura de Julieta con este dicho: En el Parlamento, una banca me espera, llevadme a ella...".

Sufrió los desplantes de la prensa que no admitía en esos tiempos (principios del siglo XX) una mujer se postulara.

Fue aceptada en el padrón electoral en julio de 1911 y el 26 de noviembre de ese año emitió su sufragio, en la iglesia de San Juan. Fue la primera en votar en Sudamérica, cuatro décadas antes de la sanción del sufragio femenino por iniciativa de Eva Perón.

La muerte de Julieta es todo un misterio, aunque no se descarta un atentado por su lucha, su, pensamiento y su enfrentamiento con el poder.

Cuenta Ana María de Mena que el 23 de febrero de 1932 mientras Julieta caminaba hacia su consultorio, después de almorzar en la casa de Thebe A. Lanteri, sobrevino un accidente. Iba a cruzar Diagonal Norte cuando un automóvil realizó una imprudente maniobra y al ponerse en movimiento hacia atrás provocó la caída de la líder feminista (lo comenta el diario El Mundo).

Fue atendida por el doctor Enrique Finochietto, en el Hospital Rawson de Buenos Aires, donde entró en estado de coma a las 14 del día siguiente y pese a los cuidados falleció a las pocas horas.

Dice la autora que en esos tiempos los automóviles desarrollaban una escasa velocidad y cuesta creer que circulando marcha atrás un auto hubiera podido ir a más de diez o quince kilómetros por hora y ocasionar un accidente tan grave. El conductor huyó y no apareció nunca.

Agrega la autora del libro que David Klapenbach, quien conducía el auto que la atropelló, había sido integrante de la Liga Patriótica, una organización que reprimía a los huelguistas y sus miembros solían circular amado. Sus enemigos eran los anarquistas, los judíos, los librepensadores y toda persona distinta del común, que eran vistos como amenaza para los miembros de la Liga. Y Julieta, sin duda, era distinta y sobresalía.

VILLA EDELMIRA

En 1920 Julieta compró la propiedad de Villa Edelmira, en Mitre y 24, Berazategui. Esa vivienda tiene su historia y su leyenda. Dice Ana María que durante algún tiempo se la llamó la casona maldita, la casa de las ánimas y otros apelativos por el estilo.

Su primer dueño fue Lucidoro Durante, quien instaló una usina eléctrica que proveía de fluido a la casa y sus dependencias, en un tiempo en que era una rareza la electricidad. El día en que iba a inaugurar el alumbrado para que todas las habitaciones fueran iluminadas por las lámparas de las arañas colgantes, se quitó la vida por razones económicas. Fue el 5 de febrero de 1894.

Más tarde el dudoso accidente de Julieta Lanteri alimentó la leyenda.

AMOR AMEAL

Cuenta también Ana María que en 1951 compró la propiedad el señor Amor Ameal (de la familia del actual presidente de Boca), quien a instancias de un amigo Carlos Veneroni, instaló una panadería que funcionó durante algunos años. En homenaje a su, esposa, Francisca García, criada en el Chaco, se llamó Panadería La chaqueña.

Por la solidez de la construcción,  la belleza que aun conserva el frente, la ilustre moradora que tuvo la vivienda y las historias que en ella se tejieron, la mansión Durante o Villa Edelmira, después llamada quinta de los Obligado, más tarde casa de los Lanteri, hoy La chaqueña, ha sido y es fotografiada y pintada por profesionales y artistas que encuentran allí motivos de inspiración.

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