SAN MARTIN, LA MARCHA, EL CORONAVIRUS Y ALGO MAS

Por Eduardo Menescaldi

 Debe ser José de San Martín el prócer argentino de mejor imagen en el país y en el mundo, el que supera todas las grietas y que sirve para que nos pongamos de acuerdo en algo o alguien.

Por eso este feriado del 17 de agosto, a 170 años de su fallecimiento en Boulogne sur Mer, Francia, el recuerdo del Gran Capitán, el Libertador, el Padre de la Patria o como quiera calificárselo tiene un sabor especial.

Eso se debe a que hoy es el día 151 de la cuarentena, aunque ya el término parece haber quedado fuera de uso porque el propio presidente de la Nación, Alberto Fernández, lo dijo en su última conferencia de prensa. Concretamente sostuvo que no se puede hablar de cuarentena porque en los hechos no está presente, porque todo el mundo está en la calle, la industria funciona en un 90 por ciento y en muchas regiones del país el proceso está en fases avanzadas.

Junto con el festejo y el recuerdo de quien liberó a Chile y Perú y realizó esa enorme gesta como el cruce de los Andes, hoy se anuncia para las 16 una marcha, que se supone será multitudinaria en la que se manifestará por la libertad, la justicia, etcétera, y que algunos suponen será una expresión contra el gobierno y la cuarentena.

Desde el oficialismo, al menos desde los medios afines, se habla de una marcha anticuarentena, lo cual parecería un despropósito si se tiene en cuenta lo que dijo el presidente de que la cuarentena "ya fue!.

Otros oficialistas hablan de la marcha del contagio porque se sabe que las manifestaciones multitudinarias pueden derivar en que dentro de unos días crezcan los contagios en forma exponencial.

Eso dependerá de lo que ocurra esta tarde. Nadie ha tomado el liderazgo de la marcha, por lo menos si se trata de políticos, aunque algunos de la oposición, como la presidenta del PRO, Patricia Bullrich ha dicho que marchará. Como contrapartida otros referentes de esta línea, como Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli, Mario Negri, entre otros, anunciaron que no irán.

Así las cosas no parece ser este el momento de realizar una marcha con los riesgos que significa, incluso que aparezca algún inadaptado que pretende sacar rédito de la multitud y genere incidentes. No olvidar lo que pasó en la última con el equipo de C5N....

Es cierto que hay hechos que pueden llegar a justificar la convocatoria, fundamentalmente por la pretensión del gobierno de reformar la justicia, una auténtica inoportunidad en estos tiempos de pandemia y coronavirus, con una cierta inquietud porque parece ser la manera de responder a las pretensiones de una sola persona, que quiere lavar sus causas judiciales licuando la justicia y alejando todos los caminos que conducen a su procesamiento.

Pero también es cierto que en estos tiempos de pandemia la única manera de protestar es a través de las redes, saliendo a los balcones, usando las cacerolas, etcétera, pero evitando los encuentros masivos que podrían explotar en los famosos contagios.

Así como se puede criticar la marcha, también se puede poner en tela de juicio algunos hechos del oficialismo que generan indignación, como la decisión de los senadores de ignorar el fallo de una jueza que obliga al Cuerpo a no seguir tratando el eventual traslado de jueces, justamente aquellos que están juzgando a esa persona que quiere zafar sus causas.

Tampoco parece prudente lo que ayer se vio en la TV Pública, con el informe diario del Ministerio de Salud, sobre muertos y contagios por el coronavirus, con la presencia de la payasa Filomena, que aprovechando el Día del Niño hizo de las suyas... Y provocó, seguramente sin quererlo -aunque la política es el arte de lo posible, debió ser supuesto- una reacción de repudio en muchos ámbitos.

Participar de la marcha activamente no parece justificar que se califique al que interviene anticuarentena, porque la cuarentena ya fue dijo el presidente, tampoco parece prudente mezclarse en ella en forma presencial porque el virus está en su momento más fuerte y la curva de contagios sigue creciendo. En todo caso será una nueva versión de la interminable grieta que nos viene acompañando desde siempre en la historia argentina.

Lo importante para destacar es que de una vez por todas los responsables de todos los ámbitos -políticos, funcionarios, legisladores, jueces, periodistas, etcétera, etcétera- comprendan que la Argentina, con una cifra de pobres que asusta, con la inseguridad a la vuelta de casa -ayer lamentamos el asesinato de una joven mujer policía en Quilmes Oeste, no se trató de un robo de garrafas o de un suceso intrascendente, sino la muerte de la madre de una niña de dos años que la dejó preguntando por qué no viene mamá- necesita que todos dejen de lado las mezquindades y de una vez por todas asuman su responsabilidad ante la sociedad.

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