En las próximas horas se habrá sancionado a través del Senado de la Nación la reforma judicial. Los medios dirán que la iniciativa del Ejecutivo tiene media sanción -alguien ha dicho que no se puede adjudicar ese adjetivo a la sanción porque no se sanciona la mitad de un proyecto sino todo, en todo caso lo que se dice de esa manera está referido a que falta la sanción de la otra Cámara, Diputados- y empezará entonces el derrotero para conseguir la segunda etapa, que en principio será la más difícil, porque desde la Cámara Joven hay más oposición que apoyo.
Y si se tiene en cuenta lo que pasó hoy con el senador Oscar Parrilli, se tendrá que decir que el ciudadano debe masticar una cuota de bronca por haber sido tomado de perejil.
Parrilli anunció que finalmente decidieron sacar la polémica cláusula -la llamaron precisamente cláusula Parrilli- que hablaba de la acción del Consejo de la Magistratura ante eventuales presiones de los poderes mediáticos, que se tomó como una agresión a la libertad de prensa, tal como lo señalaron entidades ligadas a los medios.
Pues bien Parrilli no mostró un gesto de concesión, en todo caso se mofó de los que supuestamente creyeron en la cláusula. Dijo que era un anzuelo, y que todos caimos porque ellos estuvieron probando para ver la reacción. "Y se tragaron el anzuelo, la caña, etcétera" ironizó.
¿Puede este señor Parrilli, senador de la Nación, representar a los argentinos?¿Nos toma de perejiles, de conejillos de Indias...?
Una truchada de un legislador que nada bien le hace a la Republica, o en todo caso demuestra que algún calificativo que le acercó su mayor referente política lo describe de cuerpo entero.
Pero, qué lástima...¿Cómo se puede creer en un político si públicamente se ríe del ciudadano? Hace recordar a Carlos Menem -no olvidar que Parrilli fue hipermenemista en su momento- que llegó a confesar que si decía lo que iba a hacer en el gobierno no lo hubieran votado. En fin...
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