LA REFORMA JUDICIAL A CONTRAMANO DE LA PANDEMIA

 La reforma judicial sigue generando polémicas, y cada vez que se escucha al presidente de la Nación justificar la medida se puede inducir que no es este el momento para tamaña decisión. Porque se puede coincidir con los argumentos de Alberto Fernández, en el sentido de la justicia que favorece a los poderosos y perjudica a los débiles, pero en estos momentos de pandemia, confinamiento, hastío, etcétera, de tener que quedarse en casa para evitar males mayores, entonces no se entiende cómo meter este auténtico caballo de Troya para que la cuestión no tenga el análisis y la profunda investigación de los principales actores de la materia.

Hoy el pueblo argentino en particular -el mundo en general- está atravesado por el coronavirus, que hace estragos a lo largo y ancho del país y que a medida que pasan los días provoca una flexibilidad si se quiere mental para evitar que a los males de la salud física se sumen los de la salud mental.

En este contexto la pregunta del millón pasa por saber cuál es la verdadera intención de este proyecto de reforma judicial, que por un lado ha merecido el rechazo de importantes sectores de la justicia, que son los que deberían ser llamados a opinar y que no recibieron esa convocatoria.

Eso alimenta los supuestos que pretenden ver otras intenciones en esta iniciativa, de la que muchos sostienen que son importantes porque evidentemente la Justicia no está bien en el país pero que sostienen que esa gran debate nacional debiera ser por lo menos cuando baje la curva del coronavirus.

¿Cómo analizar la marcha de la justicia en medio de la pandemia?

Y cuando se escuchan opiniones de referentes del oficialismo, que desde hace rato propician esta reforma, no se hace más que apuntalar estos pensamientos de que hay algo raro detrás de todo esto.

Cuesta creer que al que no opina a favor de la reforma, por lo menos por la oportunidad, se lo tilde de anti republicano, como por ejemplo lo ha dicho el ex juez de la Corte, Zaffaroni, llegando a decir -suena una chicana- que la oposición "ha perdido toda ética, es una oposición que no tiene límite ético y en esas condiciones es imposible gobernar directamente".

¿Qué entiende Zaffaroni por ética?¿Acaso es ético conformar una comisión asesora por este tema que lleve la voz cantante del abogado defensor de la ex presidenta?¿O la ética la impone el oficialismo con un nuevo relato...?

Perón hablaba de la sinarquía internacional -nunca se entendió qué quería decir con ese término- a la hora de dibujar al enemigo. Por eso, el hoy ultrakirchnerista Leopoldo Moreau -¿dónde quedó su formación en la UCR?- acusó a la Embajada, los grupos económicos más concentrados, los diarios La Nación y Clarín como los que más se oponen a la reforma. "Es así porque la superstructura judicial es la trinchera institucional más importante que les queda. Cambiemos hará en el Congreso de vocero de esos intereses".

Curiosa manera de justificar lo injustificable. Habría que realizar un plebiscito para saber si el pueblo argentino está ávido de una reforma judicial en medio de esta pandemia, de la inseguridad que ataca por doquier y de la economía que hace recordar al 2001.

En fin, la reforma judicial va a contramano de la pandemia, y termina por suponer que hay detrás de ella otras intenciones.

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