Hoy 29 de agosto se celebra en todo el país el Día del Abogado, en homenaje a Juan Bautista Alberdi, nacido un 29 de agosto de 1810. Nació en el año de la revolución de Mayo en Tucumán, frente a la plaza principal, es decir, en la ciudad donde en julio de 1816 se iba a declarar la independencia.
Alberdi escribió una obra cumbre -Bases y puntos de partida para la organización nacional- que fue la esencia de la que se valieron los constituyentes de 1853 para sancionar la Constitución Nacional.
Murió en el extranjero, en Francia, como tantos otros próceres argentinos, como San Martín. Digamos que Alberdi lo visitó en Boulogne Sur Mer en dos oportunidades.
Tuvo históricas polémicas, cartas mediante, con Domingo Faustino Sarmiento, Alberdi desde Quillota, Chile, con sus cartas quillotadas.
Decía Alberdi que "nuestro pueblo muere de hambre de instrucción, de sed de saber, de pobreza de conocimientos".
Fue político, economista, embajador, músico, autor de textos claves y uno de los responsables de la Constitución del 53.
Su nacimiento es la excusa para celebrar hoy el Día del Abogado, instaurado en 1958 por la Federación de Colegios de esa profesión.
En estos tiempos que corren el abogado se ha transformado en un ser especial en la vida política argentina, ya que han sido muchos los que llegaron a ocupar el más alto cargo, como presidente de la Nación, pero también hay funcionarios, senadores, diputados, intendentes, concejales, etcétera.
Hay quienes honran la profesión, otros todo lo contrario. El último ejemplo lo dio un senador en el tratamiento de la llamada reforma judicial, cuando se refirió a una cláusula que llevó su nombre, que hablaba de la actuación del Consejo de la Magistratura ante la eventual presión de los "poderes mediáticos".
Tomando en sorna la reacción que produjo la cláusula, el autor se rió de los que entendió picaron el anzuelo y dijo, se tragaron, además del anzuelo, la caña y todo lo demás. Dio a atender que fue un globo de ensayo en el que muchos cayeron ingenuamente. Por eso se decidió retirar esa cláusula, aunque se mantuvo la la frase presión de los poderes, que muchos entienden que equivale a la clausula abolida.
En el día del abogado el Senado acaba de dar sanción a la llamada reforma judicial, con un trámite exprés, con vicios de origen y que tuvo un remate insólito en el cierre de la sesión, con el agregado de una multitud de modificaciones que no estaban en el dictamen inicial.
Ahora debe tratar la iniciativa Diputados y como viene la mano seguramente la polémica estallará por doquier, ya que muchos ven en esta llamada reforma judicial, sin duda un eufemismo, el objetivo de licuar procesos de alguien en especial.
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