DESDE LA ZONA DE RIESGO, REFLEXIONES EN LA CUARENTENA INFINITA

 En medio de ese eufemismo que llamamos cuarentena, este aislamiento social, preventivo, obligatorio, eterno se diría, desde la zona de riesgo no hay más que hacer caso y transitar el camino hacia los seis meses (!medio año de reclusión, quién diría! ) recurriendo a las reflexiones para sacarse un poco la mufa del encierro.

De aquellos días de marzo en que comenzó el periplo pasó mucha agua bajo el puente. Al principio se justificaba el encierro, porque había que fortificar el sistema sanitario, no fuera cosa que se produjera el desborde. 

El argentino, que es bastante sumiso a los gobiernos de turno, aceptó la propuesta y la apoyó, entendiendo que todos íbamos a ser beneficiados.

Pero comenzaron los escalones a transitarse y a medida que fue pasando el tiempo se vivió el síndrome del último refugio de la montaña cada vez más inalcanzable. Nos corrían el arco cada vez que queríamos hacer un gol, diciéndonos que había que encontrar el pico y que cuando se llegara a la meseta entonces sí se iban a aflojar los confinamientos.

Pero pasaron los cinco meses y resulta que las cifras siguen subiendo, los contagios se multiplican, los muertos mantienen un nivel parecido y no sabemos hasta cuándo o hasta dónde vamos.

De pronto nos dicen que no podemos gritar, cantar, casi respirar... y por otro lado en un lugar tan sensible como la Ciudad de Buenos Aires se van a permitir reuniones de hasta diez personas.

El gobernador bonaerense y su equipo sanitario se enoja porque no supieron, no pudieron, no quisieron hacer frente a las necesidades, digamos testeos, con la cantidad y calidad que las circunstancias requerían. Y se produce la grieta -una más- ahora entre Ciudad y Conurbano.

El presidente advierte que crecen los casos en el interior, en lugares donde se había avanzado de fase y hay que retroceder, y habla desde Santa Fe para echar tierra a Buenos Aires. La califica de opulenta -la ciudad donde él vive, también la vice, que ahora sigue yendo por todo (reforma judicial, jubilaciones, retroactivo, plus por ser de la Patagonia... y vale repetirlo, la dupla vive en zonas opulentas), sin darse cuenta que el propio Horacio Rodríguez Larreta parece cansarse de tantos obstáculos y cuidar al máximo la discreción para empezar a hacer caso a los porteños que piden mayor flexibilidad.

En todas las partes del mundo donde el coronavirus hizo tabla rasa hoy se convive, y resulta que nosotros, que al principio éramos los campeones de la mejor receta para enfrentar al flagelo, hoy nos vemos en igualdad de condiciones con aquellos países que fueron soprendidos y tuvieron que acomodarse a las circunstancias de un coronavirus totalmente novedoso.

Mientras esto ocurre, la gente siente que sus prioridades no son tenidas en cuenta. Crece el desempleo, flaquea la economía, los números están en rojo... y desde el gobierno se apuesta a una reforma judicial que parece obra de marcianos. Cuando el pueblo y los que estamos en zona de riesgo pedimos cuidado y hacemos lo imposible por cumplir todas las reglas (aislamiento, tapabocas, distancia social, etcétera) resulta que los que manda pretenden que sigamos lo que pasa en el Congreso.

De pronto les hacemos caso y vamos al Congreso a ver qué pasa. ¿Con qué nos encontramos? Con un Senado, gobernado con mano firme por la misma que sabe que de esa reforma judicial dependen sus causas, y que ha armado un laberinto kafkiano para que todo le salga como ella quiere.

Así entre gallos y medianoches se votó en el Senado la reforma, con tantos cambios que solamente aquí pueden ser tomados en cuenta sin producir otro 17A. Lo dicen los medios periodísticos hoy:  en un cuarto de hora -tres turnos de taquígrafos- se aprobaron 1387 cargos para nuevos jueces y fiscales en todo el país.

El Frente de Todos, se agrega, modificó el dictamen original de la reforma judicial que se venía debatiendo hacía once oras y en ese corto lapso creó nuevas Cámaras y juzgados federales. El cambio fue una prenda de negociación con gobernadores e intendentes de todo el país. Entre los nuevos jueces, fiscales y funcionarios federales suman....MIL TRESCIENTOS OCHENTA Y SIETE.

Por supuesto la oposición denunció la maniobra como un plan de copamiento de la Justicia.

El segundo tiempo tendría que jugares en Diputados. Allí las cosas no serán tan fáciles para el oficialismo, aunque desde la oposición se entiende que la única manera de evitar más trampas es no dar quórum porque si ese número se consigue, por más modificaciones que se puedan aprobar en esa Cámara, la iniciadora, Senado, puede insistir en su sanción y tiene la amplia mayoría para ratificar ese dictamen, sí ese mismo dictamen que hasta quince minutos antes del final no tenía las modificaciones citadas y que llevaron los cargos a la friolera de 1387. Desde el oficialismo se cree que el toma y daca con las provincias llevará a que los diputados que no estaban demasiado predispuestos a dar el quórum sí lo hagan, presionados por sus gobernadores.

En Diputados existe preocupación porque el presidente del Cuerpo convocó a sesión el próximo martes. Si bien se trata de considerar temas no conflictivos, desde la oposición existen dudas (por aquello de que el que se quema con leche...). 

Desde la oposición se insiste en que temas de la importancia como la polémica reforma judicial debe ser considerado con tiempo suficiente y todas las garantías, comenzando con el trato presencial y no virtual, que compromete la situación, pudiéndose llegar a los exabruptos ocurridos en el Senado, cuando desde la presidencia se el cortó el micrófono a opositores.

Desde la oposición se dijo que no habiendo protocolo vigente ni acuerdo alcanzado por el consenso de la Labor Parlamentaria que proponga la prórroga de las sesiones telemáticas, el presidente del Cuerpo, Sergio Massa, tiene que garantizar los protocolos necesarios para la sesión presencial  o bien que se acuerde la manera en que se hará y el plan de labor debe surgir del consenso.

Así las cosas hoy es el día 163 (5 meses y 13 días) de cuarentena, y desde la zona de riesgo y del confinamiento, cumpliendo todos los protocolos, la única que queda es descargarse en el templo de la compu para reflexionar sobre lo que pasa por la cabeza.

No vamos a llegar al extremo de la cabeza de Eduardo Duhalde, que un día lanzó una bomba -no va a haber elecciones el año próximo y hay peligro de golpe de Estado- y al otro día se excusó diciendo que había tenido un episodio psicótico. De todas maneras el encierro agita la salud mental y en una de esas también puede afectarnos un episodio de esa magnitud.

La Argentina necesita de sus políticos y de sus gobernantes, que tengan la templanza y la grandeza de los próceres, hoy por ejemplo el gran autor de la Constitución, Juan Bautista Alberdi; por eso hoy es el día del Abogado. No olvidemos que el país tiene abogados en todos los cargos, desde la dupla que manda hasta diputados, senadores, gobernadores, concejales, etcétera. Tendrían que aprender de quien se ganó el derecho al festejo de ese día y ponerse a la Patria al hombre, ser servidores de esa Patria, que no se aprende en un Instituto sino que se vive sirviéndola todos los días. 

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