CAPITAN DEL ESPACIO: EL ALFAJOR QUE ES SINONIMO DE QUILMES

 Cuando se le ocurrió la idea nunca hubiera podido imaginar que la cuestión lo haría tan popular tanto en su tierra chica como en el país y en el exterior.

Hoy el periodista Gustavo Londeix cuenta en Clarín una historia que quienes viven en Quilmes conocen como un carné de identidad de la ciudad, con una popularidad que podría compararse por ejemplo con la tradicional cerveza que recuerda a la ciudad y que le da apodo a los hinchas de Quilmes.

Se trata del alfajor de Quilmes, el Capitán del Espacio que nació justamente en 1961, el mismo año en el que Quilmes le ganó a Bánfield 1 a 0 con gol de Del Moro -el 19 se cumple un nuevo aniversario- cuando por primera vez se tiraron papelitos en una cancha (eran etiquetas de la Cervecería). Uno de los grandes gestores de este episodio fue Hipólito Yrigoyen, quien vivía al lado de la fábrica de alfajores.

El creador de estos alfajores de llamó don Angel De Pascalis, quien instaló la fábrica en la calle República del Líbano 37, a metros de las vías del ferrocarril Roca.

Cuenta Londeix que por los 60 De Pascalis se enteró de que una fábrica de Ezpeleta se vendía por haber quebrado. Decidió entonces -tenía 37 años- comprarla junto a su amigo Arturo Amado y dejar el trabajo de faena en un frigorífico de Avellaneda.

Para llegar a los Capitán del Espacio mezcló el gusto de distintos alfajores y llegó a producir una unidad muy especial, con todos los misterios de una fórmula particular, que no la divulgaba pero que tenía como base el cacao y un dulce de leche especial. 

El nombre surgió por el tiempo, la época en que nació la fábrica, con los viajes espaciales. 

Se encargó de expandir el alfajor fuera de Quilmes y el boca a boca -nunca mejor imagen cuando de tan preciado producto se trata- se encargó de que el Capitán del Espacio fuera avanzando en todas partes, con la particularia de que nunca quiso publicar publicitariamente la marca. Sabía que el que lo comía por primera vez no lo iba a dejar nunca más, y se encargaría de difundirlo por doquier.

Alguna vez desde el diario El Sol, que se instaló en los 80 en su actual domicilio de Hipólito Yrigoyen 122, intentamos hablar con Don Angel pero la entrevista fue imposible porque escapaba al periodismo y prefería que la gente le agradeciera degustando su producto.

Solo bastaba pasar por la avenida República del Líbano, por el lado oeste y antes de llegar a la barrera, se podía saborear en la vereda de los números impares el olor tan especial del alfajor.

En el 2006 ganó el mundial de alfajores, dejando atrás a dos enemigos especiales, como Jorgito y Terrabusi. Sin publicidad, sin avisos, solo apelando al público capaz de aconsejar su consumo.

Son mejores que los Havanna, sostienen con orgullo los quilmeños y a la hora de medir calidad, hay que darle la razón, con la diferencia que el Capitán cuesta mucho menos que el tradicional producto marplatense.

Don Angel De Pascalis falleció en 2012 a los 86 años un 1 de agosto, que terminó por ser declarado como el Día Nacional del Alfajor..

MINUTO UNO

Alguna vez el periodista Chiche Helblung vivió una experiencia inefable. Publicó una nota sobre los alfajores Capitán del Espacio, contando esta misma historia y sorprendiéndose de la repercusión que tuvo, porque recibió muchos mensajes de quilmeños residentes en la ciudad o en otras partes del país que asociaban el alfajor a la infancia y a la adolescencia. El alfajor que acompañaba al chico cuando estudiaba en tal o cual colegio.

Fue impresionante el rating que alcanzó esa nota y hoy eso mismo se advierte en el facebook del producto con más de 100 mil seguidores.

La nota de Clarín refiere que estos alfajores le gustan hasta el mismo Papa Francisco. Y cuenta que en su momento el titular de la Sedronar, Juan Carlos Molina, viajó al Vaticano junto a jóvenes que se recuperaban de adicciones. Hablaron unos minutos con el Papa y cuando se iban, el Sumo Pontífice les preguntó si le habían traído "eso".

Uno de los pibes se acercó y le entregó un regalo, que era una caja de los alfajores Capitán del Espacio.

Otra de las cosas que mencionó la publicación de Chiche Helblung, que sorprendió al periodista es que el alfajor no se vendía en todos los kioscos y en todo caso había que recurrir a determinados lugares, precisamente señalados por los clientes que habitualmente concurren a adquirirlos. Son lugares secretos 

De pronto alguien le dice a quien quiere encontrarlos: "En el kiosco tal hay Capitán del Espacio..." como un gran hallazgo y la develación de un secreto. Hay mapas en Internet que actualizan esos lugares tan especiales.

Capitán del Espacio, un espacio de Quilmes para degustar los mejores alfajores y sentirse un auténtico Capitán del buen gust o.

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