En el programa por LN+, Mesa chica, que conduce el periodista José Del Río, entrevistó al filósofo Santiago Kovadloff para referirse al momento que se vive en el país, fundamentalmente porque escondida en la pandemia, la cuarentena y coronavirus hay un clima político preocupante.
El filósofo dijo que la libertad de expresión está en peligro y reflexionó: "Si los datos enojan es porque la verdad ofende".
Agregó que "la realidad no es rara, es lamentable, pero además goza de un grado de transparencia dramática. Cuando los datos enojan es porque la verdad ofende.
Kovadloff dijo que a su entender la concepción del trabajo como recurso de construcción de identidad cívica se fue olvidando en forma progresiva y se fue subestimando en favor de un prebendarismo estatal.
"La reducción al Estado prebendario de la iniciativa privada, de las instituciones de la República no tiene otra finalidad que instaurar modalidades autoritarias de poder: la palabra única, el silencio general, el yo que se dice vocero del nosotros. El populismo no es peligroso porque ayuda a los pobres, sino porque los explota. El populismo no es peligroso porque es de derecha o de izquierda, sino porque es autoritario en cualquiera de sus formas y aspira a reducir la ley al poder del mandatario".
A su entender estamos más cerca del siglo XIX que del XXI. Hizo hincapié en la libertad como un bien que debe ser buscado y defendido. "Quienes defiendan la República tienen que entender la deuda que tenemos con el porvenir.
El próximo jueves será un nuevo aniversario de la Independencia, "La independencia se nos fue brindada como tarea y no como hecho consumado, la libertad es un bien que debe ser permanentemente defendido y construido, los liderazgos caudillescos paralizan el pensamiento crítico. Necesitamos una palabra dialógica y no autoritaria".
Explicò que la libertad de prensa está en peligro, aunque no se refirió a la actual campaña contra los periodistas opositores sino que estipuló que existe un deterioro de la palabra en boca de los que ejercen las funciones públicas fundamentales, un silencio en torno a ciertos delitos.
"No hace falta embestir contra los periodistas, que por supuesto es gravísimo, pero ya cuando en el ejercicio del poder público la palabra es pretextual y no un recurso de convivencia allí la libertad está comprometida.
Kovadloff criticó el silencio del presidente Alberto Fernández ante algunos hechos delictivos y consideró que está devualada la palabra presidencial por sus propias ambivalencias.
"Estamos ante el silencio angustiante del presidente, que es autodenuncia, un silencio que por su espesor es negaciòn de la Constitución Nacional. Cuando decimos que la democracia está en peligro, decimos que no se la defiende de conformidad con la ley sino que se quiere que la ley se subordine prostibulariamente al poder.
Hablando del cambio de gobierno, sostuvo que "pasamos de un gobierno que puede desilusionarnos a otro que no nos promete la posibilidad de salir del deterioro, sino simplemente dejar atrás aquel mal que padecíamos para terminar reencontrándonos con él. El gran desafio de la Argentina es tener porvenir porque le sobra pasado".
Frente a ello alentó una transformacion cualitativa de la sociedad y calificó como fundamental la posibilidad que tiene en sus manos la dirigencia política argentina, que debe aprender de su fracaso.
"Deben educarse si quieren tener porvenir, de lo contrario están condenados a la repetición, a la monotonía humillante y a condenar a sus pueblos a ser permanentemente frustrados".
El filósofo dijo que la libertad de expresión está en peligro y reflexionó: "Si los datos enojan es porque la verdad ofende".
Agregó que "la realidad no es rara, es lamentable, pero además goza de un grado de transparencia dramática. Cuando los datos enojan es porque la verdad ofende.
Kovadloff dijo que a su entender la concepción del trabajo como recurso de construcción de identidad cívica se fue olvidando en forma progresiva y se fue subestimando en favor de un prebendarismo estatal.
"La reducción al Estado prebendario de la iniciativa privada, de las instituciones de la República no tiene otra finalidad que instaurar modalidades autoritarias de poder: la palabra única, el silencio general, el yo que se dice vocero del nosotros. El populismo no es peligroso porque ayuda a los pobres, sino porque los explota. El populismo no es peligroso porque es de derecha o de izquierda, sino porque es autoritario en cualquiera de sus formas y aspira a reducir la ley al poder del mandatario".
A su entender estamos más cerca del siglo XIX que del XXI. Hizo hincapié en la libertad como un bien que debe ser buscado y defendido. "Quienes defiendan la República tienen que entender la deuda que tenemos con el porvenir.
El próximo jueves será un nuevo aniversario de la Independencia, "La independencia se nos fue brindada como tarea y no como hecho consumado, la libertad es un bien que debe ser permanentemente defendido y construido, los liderazgos caudillescos paralizan el pensamiento crítico. Necesitamos una palabra dialógica y no autoritaria".
Explicò que la libertad de prensa está en peligro, aunque no se refirió a la actual campaña contra los periodistas opositores sino que estipuló que existe un deterioro de la palabra en boca de los que ejercen las funciones públicas fundamentales, un silencio en torno a ciertos delitos.
"No hace falta embestir contra los periodistas, que por supuesto es gravísimo, pero ya cuando en el ejercicio del poder público la palabra es pretextual y no un recurso de convivencia allí la libertad está comprometida.
Kovadloff criticó el silencio del presidente Alberto Fernández ante algunos hechos delictivos y consideró que está devualada la palabra presidencial por sus propias ambivalencias.
"Estamos ante el silencio angustiante del presidente, que es autodenuncia, un silencio que por su espesor es negaciòn de la Constitución Nacional. Cuando decimos que la democracia está en peligro, decimos que no se la defiende de conformidad con la ley sino que se quiere que la ley se subordine prostibulariamente al poder.
Hablando del cambio de gobierno, sostuvo que "pasamos de un gobierno que puede desilusionarnos a otro que no nos promete la posibilidad de salir del deterioro, sino simplemente dejar atrás aquel mal que padecíamos para terminar reencontrándonos con él. El gran desafio de la Argentina es tener porvenir porque le sobra pasado".
Frente a ello alentó una transformacion cualitativa de la sociedad y calificó como fundamental la posibilidad que tiene en sus manos la dirigencia política argentina, que debe aprender de su fracaso.
"Deben educarse si quieren tener porvenir, de lo contrario están condenados a la repetición, a la monotonía humillante y a condenar a sus pueblos a ser permanentemente frustrados".
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