EL TESTIMONIO DE UN COMERCIANTE ASALTADO...

La inseguridad golpea duramente Quilmes, y vale la pena difundir la sensación del propietario de una inmobiliaria del centro que hoy se encontró con que habían entrado en su negocio y hecho de las suyas los cacos.
Esteban Daniel Lencz contó en las redes que Facebook le decía, en un recuadro, invitándolo a manifestar lo que pensaba.
"La verdad:no soy de entrar ya mucho al facebook por distintas razones que no viene al caso mencionar. Pero sí quiero hoy expresar, por este medio, lo que pienso y lo que siento.
Esta mañana me despierto con el aviso de un amigo diciéndome que está la policía en al puerta de mi oficina, que como todos mis contactos saben que es una inmobiliaria y administración de consorcios, puesto que rompieron literalmente el frente del local para ingresar a saquear y a robar.
Demás está decir que la sensación que se siente, en el viaje desde mi casa a la oficina, ante la incertidumbre de saber cuanto de toda la infraestructura acopiada con muchos años, décadas de trabajo, sacrificio y esfuerzo honesto, nos pudieron haber arrebatado impunemente, es indescriptible.
La policía local, en un patrullero, el único patrullero que cubre la zona centro de Quilmes, estaba apostada en la entrada de mi oficina, quienes habían sido alertados por dos patrullas femeninas de a pie, a todos ellos les doy mi más profundo agradecimiento.
Ver el frente violentado, ingresar a las oficinas y ver el revuelo de carpetas, cajones, muebles, pc arrancadas y monitores apilados listos para la extracción, valores faltantes, etcétera, etcétera, me causan la indignación que le debe producir a cualquier ser humano de bien.
Esto no es la pandemia, esto ni siquiera es la inacción e inoperancia absoluta de cualquier partido político gobernante de turno, es producto de décadas de decadencia cultural, aquellas que es impuesta  por intereses mezquinos.
Y quien ante mis expresiones quiera defender lo indefendible, lo invito lisa y llanamente a que se llame a silencio, antes de tener que afrontar la verguenza de sus dichos.
Educar al soberano, el pueblo, lleva generaciones. Pero si no se comienza, nunca se podrá llegar al objetivo.
Justicia, seguridad, educación, se escurren como el agua entre los dedos.
Muchos otros  pensamientos me invaden pero no es este el momento.
Como dijera Martín Luther King: No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética, lo que más preocupa es el silencio de los buenos".
Hasta aquí la palabra del damnificado, y vale entonces en estos momentos agregar de nuestra parte que estas expresiones sin duda representan un sentir, que debería calar hondo en las autoridades responsables, que tendrían que tomar rápidas cartas en el asunto, dejar de lado las grietas, los calificativos y ponerse a cumplir los mandatos que alguna vez nos dejó Ortega y Gasset; !... a las cosas!!!

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