QAC: DEPARTAMENTO PARA BUSCAR JUGADORES

Dice la información que en una reunión de la comisión directiva del Quilmes AC se creó un organismo en el fútbol profesional para el seguimiento y análisis de eventuales jugadores que podrían llegar al decano del fútbol argentino.
Se creó el Departamento de Scouting Profesional, que será conducido por Camilo Francka y será supervisado por el manager Diego Colotto.
La apuesta es buscar jugadores que pueden ser incorporados a la institución, antes que otros, que lleguen como refuerzos y que capitalicen al club en el tiempo.
El Departamento tendrá herramientas a través de plataformas como Wyscout, Instat, entre otras, y se van a seguir a jugadores de distintas categorías.
Francka explicó que se seguirá a futbolistas que podrían llegar a la entidad. El flamante encargado del Departamento tiene una década de experiencia como analista de videos.
Subrayó que había encontrado en el club una dirigencia que entendió la propuesta y entendió que este paso será fundamental de cara al futuro.
Habrá que esperar, hacer scouting en las categorías y encontrar algún jugador que sorprenda, todo con el objetivo de capitalizar el patrimonio del decano del fútbol argentino.

CAMILO FRANCKA

Digamos que Camilo Francka es técnico de fútbol, recibido en la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA), analista táctico, ex Vélez, y ex Platense.
Se manifiesta decididamente fanático del técnico del Leeds, Marcelo Bielsa, señalando que cambió la manera de ver el fútbol en los últimos treinta años.
Por otra parte, Camilo Francka es el autor de una interesante y apasionante biografía de Matthias Sindelar, un centrodelantero exquisito que cambió los paradigmas del fútbol europeo en los años 30 y como judío desafió a Adolf Hitler y sufrió las consecuencias.
Matthias concretó 255 goles en 427 partidos cuenta Camilo Francka en esa biografía, y lo  rescatamos de una publicación en la revista Un Caño.
Fue líder futbolístico del Wunderteam, una selección que cautivó a Europa y puso en jaque el dominio británico. Este jugador instauró el concepto del falso 9, derribando el estatismo del hombre de área para agregarle participación en la generación del juego.
Sindelar, judío, se burló de Hitler y tuvo la osadía de gritarle un gol en la carea. Fue un ícono de la resistencia austríaca al nazismo.
Debió pasar a la clandestinidad cuando Alemania anexó a Austria en marzo de 1938, tuvo que dejar el fútbol. Fue asesinado por los nacionalsocialistas, aunque no se sabe con certeza lo que sucedió en el departamento del centro de Viena donde encontraron su cadáver.
Según dice la leyenda cuando se produjo la anexión, jugaron Austria y Alemania. Ganó Austria 2 a 1 y Sindelar, judío, celebró el segundo gol, convertido por Karl Sesta, con una danza burlona frente al palco de Hitler, en una clara manifestación de repudio a las políticas del nuevo régimen.
Después de ese partido disputó otros 17 encuentros oficiales (6 de la temporada 1937/38 y 11 a la 1938/39) de los 19 que jugó el Austria hasta el día de su fallecimiento, el 23 de enero de 1939. Su última presencia fue el 26 de diciembre de 1938.
El autor también se refiere a otras versiones que lo ponen a Sindelar en la otra vereda. Incluso se habla de una foto en la que se lo ve paseando con un compañero que era nacionalsocialista. Y esta versión sostiene por la autopsia del Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Viena probó que una intoxicación por inhalación de monóxido de carbono se llevó al mejor futbolista austríaco de la historia. En otras palabras, fue un accidente doméstico por defectuoso funcionamiento de una estufa.
Impresiona, dice Fancka, que en Austria saben que Sindelar no era judío y que gran parte de los actos que se le atribuyen nunca ocurrieron. Y la perspectiva es totalmente opuesta, se lo analiza más como cómplice que como víctima. Incluso un investigador vienés llegó a insinuar que estaba afiliado al partido nazi.
En el tintero quedó la ayuda de los alemanes para que Sindelar comprara a precio vil una casa de café arianizada a un propietario judío que fallecería en el campo de concentración de Theresienstadt y el debate por su comportamiento ético y moral. También el cargo público que le dieron días antes del inesperado final.
Dice Francka, aclarando, que Sindelar nunca se adhirió al partido nacionalsociali9sta ni manifestó interés por esa corriente.
Agrega como grave error tildarlo de antisemita o afín a Hitler. Por el contrario, jugó quince temporadas en el Austria Viena, cun club en esa época emparentado con la burguesía judía y tuvo muchísimos amigos judíos. Su postura apolítica, alejada del sectarismo, lo volvió una personalidad admirada por todos.
Cuando Sindelar murió le otorgaron una tumba de honor, que era atribuida a personalidades que fueron importantes para la ciudad.
En el año 2004 el Consejo de Cultura y Ciencia de Viena creó una comisión especializada para determinar si las tumbas de honor asignadas durante los años del nazismo en Austria debían ser revocadas o no.
La Comisión recomendó mantener la dedicación de honor para Sindelar, que explícitamente debe basarse en Matthias Sindelar como representante del fútbol austríaco en la década de 1930 y a todos los miembros del Wunderteam.
Además subrayó que Sindelar no era nazi y que el homenaje no fue por su contribución al NSDAP.
Termina Camilo con esta reflexión: si se cayó el muro de Berlín -y que se entienda la metáfora- también puede caerse el espejo que distorsionó a Sindelar por la interpretación ilusoria de vaya uno saber a quién.

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