La pandemia, el coronavirus, la cuarentena tendrán algunos hechos positivos que contar, y uno de ellos es que los funcionarios se hayan dado cuenta de las realidades.
Por eso vale destacar el encuentro de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza y su par de Avellaneda, Jorge Ferraresi, pensando en la definitiva urbanización de la Villa Azul, proyecto que lleva muchísimos años (y gobiernos) de proyección y que alguna vez anunció el entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner, en el 2004.
Pasó mucho tiempo, corrió mucha agua bajo el puente y ahora parece que se continuará la urbanización que se realizó en forma muy parcial, y que incluso separó dos distritos, porque no es lo mismo Villa Azul, del lado de Avellaneda y del lado quilmeño. Avellaneda avanzó mucho más.
Debió llegar una pandemia para que se vuelva a poner en el tapete esta necesidad, que hace a la dignidad de los miles de habitantes que viven en el lugar (lo mismo podría extenderse a la Villa Itatí y a tantas otras que hay en el Conurbano, y en Capital también).
Según la información oficial el avance en la urbanización de Villa Azul, que reunió a ambos intendentes, se pusieron el compromiso de transformar esta realidad y mejorar la calidad de vida de los vecinos.
El propósito es el trabajo en forma mancomunada y retomar las obras de las 152 viviendas.
Dicen que hay un compromiso completo del gobierno nacional y provincial para que los vecinos tengan mejores condiciones de vida.
Entre los asuntos analizados se piensa modificar la traza del Acceso Sudeste para generar espacios para construir viviendas.
Ojalá se cumpla lo prometido y que también se tomen las medidas para que la Villa Itati, que está mucho más poblada, en condiciones infrahumanas, sea objetivo de urbanización. El tiempo dará su veredicto.
Por eso vale destacar el encuentro de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza y su par de Avellaneda, Jorge Ferraresi, pensando en la definitiva urbanización de la Villa Azul, proyecto que lleva muchísimos años (y gobiernos) de proyección y que alguna vez anunció el entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner, en el 2004.
Pasó mucho tiempo, corrió mucha agua bajo el puente y ahora parece que se continuará la urbanización que se realizó en forma muy parcial, y que incluso separó dos distritos, porque no es lo mismo Villa Azul, del lado de Avellaneda y del lado quilmeño. Avellaneda avanzó mucho más.
Debió llegar una pandemia para que se vuelva a poner en el tapete esta necesidad, que hace a la dignidad de los miles de habitantes que viven en el lugar (lo mismo podría extenderse a la Villa Itatí y a tantas otras que hay en el Conurbano, y en Capital también).
Según la información oficial el avance en la urbanización de Villa Azul, que reunió a ambos intendentes, se pusieron el compromiso de transformar esta realidad y mejorar la calidad de vida de los vecinos.
El propósito es el trabajo en forma mancomunada y retomar las obras de las 152 viviendas.
Dicen que hay un compromiso completo del gobierno nacional y provincial para que los vecinos tengan mejores condiciones de vida.
Entre los asuntos analizados se piensa modificar la traza del Acceso Sudeste para generar espacios para construir viviendas.
Ojalá se cumpla lo prometido y que también se tomen las medidas para que la Villa Itati, que está mucho más poblada, en condiciones infrahumanas, sea objetivo de urbanización. El tiempo dará su veredicto.
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