Hoy se cumplen 250 años del nacimiento de Manuel José del Corazón de Jesús Belgrano, el prócer argentino por antonomasia, que constituye sin duda en uno de los mejores referentes de la historia nacional.
Nació en junio un día como hoy, y curiosamente también murió en junio medio siglo después, un día 20 de ese mes, que sirve para celebrar el día de la Bandera, porque fue Belgrano el que creó la enseña patria, haciéndola flamear en 1812 en Rosario, a orillas del río Paraná.
Belgrano se destacó siempre por su pasión patriótica. Participó de las invasiones inglesas de 1806 y 1807 y la defensa de Buenos Aires.
Se recibió de abogado y fue uno de los hacedores de la Revolución de Mayo, integrando la primera Junta en 1810 como vocal.
Se hizo cargo del ejército del Norte que marchó a Paraguay para defender la patria ante el invasor realista, y participó de distintas batallas, como Salta, Tucumán, Vilcapugio y Ayohuma.
Murió en una situación de extrema pobreza el 20 de junio de 1820, curiosamente el día que se llamó de los tres gobernadores, porque mientras él moría, la provincia de Buenos Aires mostraba una pelea entre tres que se disputaban la gobernación.
La historia recogió como leyenda que antes de morir habría dicho, casi como una definición del momento -Ay patria mía-.
Por su acción militar militar con el Ejército del Norte recibió del gobierno 40 mil pesos fuertes, que no quiso y simplemente decidió que se destinarían a la construcción de escuelas, algo que se cumplió muchos años después en Curuzu Cuatiá, Corrientes.
Belgrano es el prócer que vivió como tal, sirviendo a la Patria y no sirviéndose de ella. Un mensaje y un legado que dos siglos y medio después de su nacimiento vale como nunca, para que los que hoy tienen responsabilidades de gobierno tomen la posta y la sigan haciendo circular.
Nació en junio un día como hoy, y curiosamente también murió en junio medio siglo después, un día 20 de ese mes, que sirve para celebrar el día de la Bandera, porque fue Belgrano el que creó la enseña patria, haciéndola flamear en 1812 en Rosario, a orillas del río Paraná.
Belgrano se destacó siempre por su pasión patriótica. Participó de las invasiones inglesas de 1806 y 1807 y la defensa de Buenos Aires.
Se recibió de abogado y fue uno de los hacedores de la Revolución de Mayo, integrando la primera Junta en 1810 como vocal.
Se hizo cargo del ejército del Norte que marchó a Paraguay para defender la patria ante el invasor realista, y participó de distintas batallas, como Salta, Tucumán, Vilcapugio y Ayohuma.
Murió en una situación de extrema pobreza el 20 de junio de 1820, curiosamente el día que se llamó de los tres gobernadores, porque mientras él moría, la provincia de Buenos Aires mostraba una pelea entre tres que se disputaban la gobernación.
La historia recogió como leyenda que antes de morir habría dicho, casi como una definición del momento -Ay patria mía-.
Por su acción militar militar con el Ejército del Norte recibió del gobierno 40 mil pesos fuertes, que no quiso y simplemente decidió que se destinarían a la construcción de escuelas, algo que se cumplió muchos años después en Curuzu Cuatiá, Corrientes.
Belgrano es el prócer que vivió como tal, sirviendo a la Patria y no sirviéndose de ella. Un mensaje y un legado que dos siglos y medio después de su nacimiento vale como nunca, para que los que hoy tienen responsabilidades de gobierno tomen la posta y la sigan haciendo circular.
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