¿Será esta vez finalmente el último esfuerzo que se pide a la región AMBA, también Chaco, para hacer frente a la pandemia y evitar que colapse el sistema sanitario?
Por lo menos así lo tratan de inculcar los gobiernos nacional, provincial y municipal para justificar la decisión de estirar la cuarentena hasta el 17 de julio, con el rigor y lo estricto que implica la fase 1.
Mientras en gran parte del país se está en la fase 4 ó 5, aquí va a regir la 1 desde el miércoles 1 de julio (curiosamente coincide con el aniversario 46 del fallecimiento del general Perón).
Los que justifican la medida de volver a la fase 1 -como el juego de la oca se retroceden varios casilleros- adelantan que el objetivo es bajar la curva, aplanarla y recomenzar la posibilidad de comenzar a agregar actividades, esas que desde el miércoles ya no funcionarán.
Lo dijo claramente la ministro de gobierno bonaerense, Teresa García, quien claramente sostuvo que había que cerrar todo para que no colapse el sistema sanitario y para que el virus no siga creciendo en forma exponencial hasta ahora.
Más allá de no reconocer que algo se ha hecho mal para que se llegue a esta situación -algunos hablan de los runners, otros olvidan las concentraciones en los principales lugares del Conurbano, y en esto nada que ver tienen los que hacían actividad física en Palermo- la realidad, que es la única verdad, hace pensar que estos días de la primera quincena de julio serán fundamentales para saber de qué manera el virus hará mella en los ciudadanos, cualquiera sea su clase, condición social, etcétera.
Todos adentro, quedate en casa, mayores controles, solo trabajando los esenciales, parece ser que esa es la única consigna capaz de dar frutos a la estrategia que se ha ido tomando desde aquel lejano 20 de marzo cuando comenzó la cuarentena.
Hoy se cumple el día 102 desde aquel día de marzo y cuando se llegue al 17 de julio se habrá llegado prácticamente a los cuatro meses de confinamiento, con todos los inconvenientes que la situación implica.
Sin duda, la salud primero, tal el principio que alimenta el presidente de la Nación, claro está en el medio están temas que alguna vez habrá que resolver, como la pandemia económica, ya que las cifras hablan de muchísimos comercios y actividades que cerraron sus puertas y que prácticamente no las volverán a abrir. Otros hacen malabares para no terminar en igual situación, sin embargo como hoy decía el presidente de la Cámara de Comercio de Quilmes, Alberto López, los comerciantes padecen la crisis sanitaria y económica, y el agregó su frase que merece ser debatida: los comerciantes somos actividades esencial.
El propone que se emitan billetes, léase circulante, para saturar el mercado y para que haya dinero en el mercado y no seguir hundiéndose en la incertidumbre, la angustia, el hartazgo y todo lo que se pueda imaginar.
Otra cuestión que determina la cuarentena pasa por la pandemia mental, los problemas psíquicos, los riesgos del confinamiento eterno, que los profesionales de la salud mental han puesto en el candelero porque también son consecuencia del momento.
En síntesis, nos metemos en la cuarentena que ya va a cerrar en una cientoveintena el 17 de julio y habrá que ver si este último y gran esfuerzo tiene consecuencias positivas, achacar la curva y volver a poner en funcionamiento la actividad económico.
Mientras esto pasa, habrá que alentar que no haya pícaros para que aprovechando la cuarentena eterna pretendan meter temas que nada tienen que ver con ella, como Vicentín, impunidad jurídica, leyes económicas, etcétera, y mucho menos los que pretendan cerrar micrófonos para censurar la libertad de prensa y piensen que el periodismo, como algunos creen, es el gran culpable de lo que pasa, cuando el periodismo solo tiene la única y maravillosa misión de difundir lo que pasa.
Por lo menos así lo tratan de inculcar los gobiernos nacional, provincial y municipal para justificar la decisión de estirar la cuarentena hasta el 17 de julio, con el rigor y lo estricto que implica la fase 1.
Mientras en gran parte del país se está en la fase 4 ó 5, aquí va a regir la 1 desde el miércoles 1 de julio (curiosamente coincide con el aniversario 46 del fallecimiento del general Perón).
Los que justifican la medida de volver a la fase 1 -como el juego de la oca se retroceden varios casilleros- adelantan que el objetivo es bajar la curva, aplanarla y recomenzar la posibilidad de comenzar a agregar actividades, esas que desde el miércoles ya no funcionarán.
Lo dijo claramente la ministro de gobierno bonaerense, Teresa García, quien claramente sostuvo que había que cerrar todo para que no colapse el sistema sanitario y para que el virus no siga creciendo en forma exponencial hasta ahora.
Más allá de no reconocer que algo se ha hecho mal para que se llegue a esta situación -algunos hablan de los runners, otros olvidan las concentraciones en los principales lugares del Conurbano, y en esto nada que ver tienen los que hacían actividad física en Palermo- la realidad, que es la única verdad, hace pensar que estos días de la primera quincena de julio serán fundamentales para saber de qué manera el virus hará mella en los ciudadanos, cualquiera sea su clase, condición social, etcétera.
Todos adentro, quedate en casa, mayores controles, solo trabajando los esenciales, parece ser que esa es la única consigna capaz de dar frutos a la estrategia que se ha ido tomando desde aquel lejano 20 de marzo cuando comenzó la cuarentena.
Hoy se cumple el día 102 desde aquel día de marzo y cuando se llegue al 17 de julio se habrá llegado prácticamente a los cuatro meses de confinamiento, con todos los inconvenientes que la situación implica.
Sin duda, la salud primero, tal el principio que alimenta el presidente de la Nación, claro está en el medio están temas que alguna vez habrá que resolver, como la pandemia económica, ya que las cifras hablan de muchísimos comercios y actividades que cerraron sus puertas y que prácticamente no las volverán a abrir. Otros hacen malabares para no terminar en igual situación, sin embargo como hoy decía el presidente de la Cámara de Comercio de Quilmes, Alberto López, los comerciantes padecen la crisis sanitaria y económica, y el agregó su frase que merece ser debatida: los comerciantes somos actividades esencial.
El propone que se emitan billetes, léase circulante, para saturar el mercado y para que haya dinero en el mercado y no seguir hundiéndose en la incertidumbre, la angustia, el hartazgo y todo lo que se pueda imaginar.
Otra cuestión que determina la cuarentena pasa por la pandemia mental, los problemas psíquicos, los riesgos del confinamiento eterno, que los profesionales de la salud mental han puesto en el candelero porque también son consecuencia del momento.
En síntesis, nos metemos en la cuarentena que ya va a cerrar en una cientoveintena el 17 de julio y habrá que ver si este último y gran esfuerzo tiene consecuencias positivas, achacar la curva y volver a poner en funcionamiento la actividad económico.
Mientras esto pasa, habrá que alentar que no haya pícaros para que aprovechando la cuarentena eterna pretendan meter temas que nada tienen que ver con ella, como Vicentín, impunidad jurídica, leyes económicas, etcétera, y mucho menos los que pretendan cerrar micrófonos para censurar la libertad de prensa y piensen que el periodismo, como algunos creen, es el gran culpable de lo que pasa, cuando el periodismo solo tiene la única y maravillosa misión de difundir lo que pasa.
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