La salida de los "runners" en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires generó los más variados comentarios en estos tiempos de cuarentena, pandemia y coronavirus.
De pronto aparecieron algunos dispuestos a "matar" a los que salieron en manada para desplegar algún contacto con la naturaleza, cuando en realidad la decisión partió de las autoridades de CABA, avaladas por el gobierno nacional, porque toda acción de flexibilización de la cuarentena necesita el vistobueno de los gobiernos, incluido el nacional.
Los "estrictos" que salieron a criticar furiosamente a los runners no han dicho nada, por ejemplo, cuando el presidente viaja a Villa La Angostura y arma una movida con un centenar de personas, sin guardar el distanciamiento social y saludando efusivamente a una nena cumpleañera o cuando viaja a Formosa para alabar al eterno gobernador, y también no guarda el distanciamiento social al saludar a Gildo Insfrán. Se dirá que es una sola persona, pero es el presidente... Y debe ser el ejemplo de todos.
El médico rosarino Luis Cámera, asesor del presidente en el tema coronavirus y pandemia, lanza un exabrupto contra los runners y los porteños, los maltrata, los acusa de insensibles (sostiene que los porteños son engreídos...) y por otra parte, otro médico epidemiólogo, habla por Radio Mitre con Marcelo Longobardi y dice que lo de los runners pudo haber estado exagerado en el primer día y se fue acomodando en los siguientes, e incluso asegura que debió mantenerse la cuarentena estricta en las primeras cinco semanas y luego ir flexibilizando, porque los que tienen que salir, adultos jóvenes, van a servir para que el virus circule, contagie y en la medida en que mayor sea el número, como se viene dando ahora, más anticuerpos podrán generarse, algunos de los curados podrán aportar su plasma y todo eso va a contribuir a que llegue al pico, se amesete la curva y comience el descenso, como ha pasado en otros países.
Ninguno de estos supercríticos de los runners se ocupan de las otras pandemias que viene acechando la salud de la República en estos tiempos de pandemia... sanitaria. La parálisis de la Justicia, el funcionamiento anormal del Congreso (es acaso la nueva normalidad?), amenaza de usurpación de empresas, con el eufemismo de la intervención y/o expropiación, etcétera. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, da una nota y "tranquiliza" diciendo que no será la política del gobierno esa de intervenir o expropiar empresas, pero deja picando la pelota: "No vamos a expropiar a todas las empresas...".
Así las cosas, desde la torre de cristal de la zona de riesgo de los adultos mayores, hay que dejarse llevar por las reflexiones que asaltan la mente y llevan a estos comentarios.
Anoche veíamos en un programa, con un documental del recuerdo, cómo se festejaba en el país del primer gobierno de Perón la expropiación de la Cervecería Quilmes, arrebatada a los Bemberg (más tarde le fue devuelta), en un caso que se parece al de Vicentín.
El político-estadista debe tener la capacidad de adelantarse a los hechos, ver lo que puede pasar cuando se toma una decisión estratégica, como el anuncio del caso Vicentín, que provocó la reacción tipo Fuenteovejuna (léase Avellaneda-Reconquista en Santa Fe y otras ciudades del país, incluida la Capital).
Ahora existe enorme expectativa por el encuentro que tendrá el presidente con directivos de Vicentín esta tarde, y parece que se buscaría una figura más accesible para que la sangre no llegue al río. No olvidemos que días pasados la diputada nacional Fernanda Vallejos había hablado de quedarse con acciones de las empresas a las que se ayudaba en dificultades, nunca dijo que se trataría de quedarse directamente con la empresa. Además, si la cosa es expropiar empresas en dificultades, por qué no se toman casos de empresarios ligados con el gobierno, llámese C5N, OCA, etcétera.
Son reflexiones que se hacen. No olvidar que es el día 84 de la cuarentena... con toda la intensidad del hartazgo que puede desbordar la copa de la tolerancia.
En todo caso, lo importante es la responsabilidad de cada uno, sabiendo el rol que debe ocupar.
Los adultos mayores, zona de riesgo, los geriátricos, las cárceles, los barrios vulnerables, las regiones de AMBA, Córdoba Capital, Gran Chaco-Resistencia, algunos lugares de Río Negro y Trelew son los sitios más afectados por el coronavirus y donde los controles deben ser más estrictos, porque el resto del país está encaminado hacia la definitiva recuperación.
El 28 de junio, día 100 de la cuarentena, es el nuevo límite de la cuarentena. Ojalá que se puedan abrir más actividades desde ese día para que la República retome su verdadera esencia. Y que desde el gobierno no se utilice la pandemia como excusa para meter otras pandemias que ponen en jaque el funcionamiento del mejor sistema de gobierno, con la división de poderes como emblema.
De pronto aparecieron algunos dispuestos a "matar" a los que salieron en manada para desplegar algún contacto con la naturaleza, cuando en realidad la decisión partió de las autoridades de CABA, avaladas por el gobierno nacional, porque toda acción de flexibilización de la cuarentena necesita el vistobueno de los gobiernos, incluido el nacional.
Los "estrictos" que salieron a criticar furiosamente a los runners no han dicho nada, por ejemplo, cuando el presidente viaja a Villa La Angostura y arma una movida con un centenar de personas, sin guardar el distanciamiento social y saludando efusivamente a una nena cumpleañera o cuando viaja a Formosa para alabar al eterno gobernador, y también no guarda el distanciamiento social al saludar a Gildo Insfrán. Se dirá que es una sola persona, pero es el presidente... Y debe ser el ejemplo de todos.
El médico rosarino Luis Cámera, asesor del presidente en el tema coronavirus y pandemia, lanza un exabrupto contra los runners y los porteños, los maltrata, los acusa de insensibles (sostiene que los porteños son engreídos...) y por otra parte, otro médico epidemiólogo, habla por Radio Mitre con Marcelo Longobardi y dice que lo de los runners pudo haber estado exagerado en el primer día y se fue acomodando en los siguientes, e incluso asegura que debió mantenerse la cuarentena estricta en las primeras cinco semanas y luego ir flexibilizando, porque los que tienen que salir, adultos jóvenes, van a servir para que el virus circule, contagie y en la medida en que mayor sea el número, como se viene dando ahora, más anticuerpos podrán generarse, algunos de los curados podrán aportar su plasma y todo eso va a contribuir a que llegue al pico, se amesete la curva y comience el descenso, como ha pasado en otros países.
Ninguno de estos supercríticos de los runners se ocupan de las otras pandemias que viene acechando la salud de la República en estos tiempos de pandemia... sanitaria. La parálisis de la Justicia, el funcionamiento anormal del Congreso (es acaso la nueva normalidad?), amenaza de usurpación de empresas, con el eufemismo de la intervención y/o expropiación, etcétera. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, da una nota y "tranquiliza" diciendo que no será la política del gobierno esa de intervenir o expropiar empresas, pero deja picando la pelota: "No vamos a expropiar a todas las empresas...".
Así las cosas, desde la torre de cristal de la zona de riesgo de los adultos mayores, hay que dejarse llevar por las reflexiones que asaltan la mente y llevan a estos comentarios.
Anoche veíamos en un programa, con un documental del recuerdo, cómo se festejaba en el país del primer gobierno de Perón la expropiación de la Cervecería Quilmes, arrebatada a los Bemberg (más tarde le fue devuelta), en un caso que se parece al de Vicentín.
El político-estadista debe tener la capacidad de adelantarse a los hechos, ver lo que puede pasar cuando se toma una decisión estratégica, como el anuncio del caso Vicentín, que provocó la reacción tipo Fuenteovejuna (léase Avellaneda-Reconquista en Santa Fe y otras ciudades del país, incluida la Capital).
Ahora existe enorme expectativa por el encuentro que tendrá el presidente con directivos de Vicentín esta tarde, y parece que se buscaría una figura más accesible para que la sangre no llegue al río. No olvidemos que días pasados la diputada nacional Fernanda Vallejos había hablado de quedarse con acciones de las empresas a las que se ayudaba en dificultades, nunca dijo que se trataría de quedarse directamente con la empresa. Además, si la cosa es expropiar empresas en dificultades, por qué no se toman casos de empresarios ligados con el gobierno, llámese C5N, OCA, etcétera.
Son reflexiones que se hacen. No olvidar que es el día 84 de la cuarentena... con toda la intensidad del hartazgo que puede desbordar la copa de la tolerancia.
En todo caso, lo importante es la responsabilidad de cada uno, sabiendo el rol que debe ocupar.
Los adultos mayores, zona de riesgo, los geriátricos, las cárceles, los barrios vulnerables, las regiones de AMBA, Córdoba Capital, Gran Chaco-Resistencia, algunos lugares de Río Negro y Trelew son los sitios más afectados por el coronavirus y donde los controles deben ser más estrictos, porque el resto del país está encaminado hacia la definitiva recuperación.
El 28 de junio, día 100 de la cuarentena, es el nuevo límite de la cuarentena. Ojalá que se puedan abrir más actividades desde ese día para que la República retome su verdadera esencia. Y que desde el gobierno no se utilice la pandemia como excusa para meter otras pandemias que ponen en jaque el funcionamiento del mejor sistema de gobierno, con la división de poderes como emblema.
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