Ayer al mediodía el Canal TN estuvo en Quilmes, concretamente en el centro, peatonal Rivadavia.
La cronista Lorena Maciel fue la encargada de pintar el panorama que ha provocado la crisis del coronavirus, con la enorme cantidad de comercios cerrados porque las actividades están paradas, porque así lo estableció la política del gobierno bonaerense y nacional en cuanto a no flexibilizar todavía este área hasta que la famosa curva del coronavirus comience a bajar.
En esa recorrida de la periodista por la calle Rivadavia, entre Hipólito Yrigoyen y Lavalle, charló con algunos comerciantes, en su mayoría alquila locales en ese lugar, quienes mostraron su preocupación porque llevan dos meses sin funcionamiento, lo que se traduce en falta de ingresos y como contrapartida, los problemas que se generan por la necesidad de pagar servicios, alquileres, etcétera.
Una joven charló con Lorena y le explicó que era concesionaria de un gimnasio en esa zona, y que esperaba que aplicando un protocolo se podía reabrir el local para paliar la actual situación.
Una nota de color la dio un comerciante que pasaba por el lugar y que le preguntó a la periodista cuándo se podía abrir su negocio, y puntualizó que tenía un hotel (albergue transitorio) en Constitución.
ALBERTO LOPEZ
El presidente de la Cámara de Comercio de Quilmes, Alberto López, charló esta mañana con Pedro Navarro por Radio Quilmes y explicó el problema grave que está viviendo el comercio de la ciudad.
Y señalo que días pasados se reunió con la intendenta Mayra Mendoza, donde se presentó un protocolo a tener en cuenta frente a la posibilidad de reabrir actividades.
Ese encuentro fue hace 20 días y se espera que desde la gobernación haya respuesta.
López, que está ligado al gremio gastronómico, reconoció que si se reabriera la actividad de los restaurantes habría que tomar una serie de medidas para hacer frente a la realidad.
Habría que ajustar las cosas a una realidad de disminución de personal y de clientes, porque en el caso de que se abran los restaurantes, va a pasar un buen tiempo para que el público vuelva a acercarse a los locales.
Y dio este ejemplo: "Si un restaurante tenía 30 ó 40 mozos, seguramente tendrá que atender con menor cantidad. Y no hay que olvidar que algunos de esos trabajadores pueden vivir en lugares vulnerables, lo que también sería un problema".
La cronista Lorena Maciel fue la encargada de pintar el panorama que ha provocado la crisis del coronavirus, con la enorme cantidad de comercios cerrados porque las actividades están paradas, porque así lo estableció la política del gobierno bonaerense y nacional en cuanto a no flexibilizar todavía este área hasta que la famosa curva del coronavirus comience a bajar.
En esa recorrida de la periodista por la calle Rivadavia, entre Hipólito Yrigoyen y Lavalle, charló con algunos comerciantes, en su mayoría alquila locales en ese lugar, quienes mostraron su preocupación porque llevan dos meses sin funcionamiento, lo que se traduce en falta de ingresos y como contrapartida, los problemas que se generan por la necesidad de pagar servicios, alquileres, etcétera.
Una joven charló con Lorena y le explicó que era concesionaria de un gimnasio en esa zona, y que esperaba que aplicando un protocolo se podía reabrir el local para paliar la actual situación.
Una nota de color la dio un comerciante que pasaba por el lugar y que le preguntó a la periodista cuándo se podía abrir su negocio, y puntualizó que tenía un hotel (albergue transitorio) en Constitución.
ALBERTO LOPEZ
El presidente de la Cámara de Comercio de Quilmes, Alberto López, charló esta mañana con Pedro Navarro por Radio Quilmes y explicó el problema grave que está viviendo el comercio de la ciudad.
Y señalo que días pasados se reunió con la intendenta Mayra Mendoza, donde se presentó un protocolo a tener en cuenta frente a la posibilidad de reabrir actividades.
Ese encuentro fue hace 20 días y se espera que desde la gobernación haya respuesta.
López, que está ligado al gremio gastronómico, reconoció que si se reabriera la actividad de los restaurantes habría que tomar una serie de medidas para hacer frente a la realidad.
Habría que ajustar las cosas a una realidad de disminución de personal y de clientes, porque en el caso de que se abran los restaurantes, va a pasar un buen tiempo para que el público vuelva a acercarse a los locales.
Y dio este ejemplo: "Si un restaurante tenía 30 ó 40 mozos, seguramente tendrá que atender con menor cantidad. Y no hay que olvidar que algunos de esos trabajadores pueden vivir en lugares vulnerables, lo que también sería un problema".
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