En forma coincidente, en estos tiempos de cuarentena, con el fútbol parado no se sabe hasta cuándo, aunque en primera división ya se anunció el parate del torneo Copa de la Superliga, jugadores de Independiente de Avellaneda y de Huracán hicieron los reclamos por las deudas que tienen sus clubes con ellos.
En el Rojo la voz cantante fue del capitán Silvio Romero, quien en representación de 12 de los 19 futbolistas del plantel profesional hizo el reclamo al club por el pago de la deuda que tiene con ellos, que orilla los 190 millones de pesos y que abarca los meses de noviembre a febrero.
La respuesta estuvo a cargo del secretario del club, Héctor Maldonado, quien irónicamente dijo que algunos jugadores que reclaman estuvieron de vacaciones durante dos años. Le respondió Silvio Romero quien negó que hayan estado de vacaciones y que en todo caso no se cumplieron los objetivos de lograr un título.
En el caso de Huracán, el presidente, Alejandro Nadur, se mostró enojado porque los futbolistas pretendieron cobrar los cheques que habían recibido. Nadur dijo que había un pacto para que los cobraran dentro de un tiempo y que ellos se adelantaron, quebrando una promesa.
El fútbol argentino se encuentra en estado de ebullición, pandemia mediante. El próximo martes habrá asamble virtual en la Asociación del Fútbol Argentino, oportunidad en la que se ratificará la presidencia de Claudio Chiqui Tapia.
El 30 de junio vencen muchísimos contratos de futbolistas, tanto de primera división como de las otras divisiones profesionales del ascenso. Eso pone una gran cuota de incertidumbre, ya que se trata de alrededor de 2000 futbolistas y se estima que solo lograrán la renovación un 10 por ciento del total, lo que pondrá en libertad de acción a una importante cantidad, con los riesgos que eso implica, ya que el fútbol de primera recién volverá el año próximo, y en el caso del principal torneo de ascenso todo dependerá del momento en que se reanuden los entrenamientos y pueda volver a jugarse, algo que nunca será antes de setiembre, con una expresión más que optimista.
Hay un clima belicoso entre futbolistas y directivos. El presidente de Lanús, Nicola Russo, fue duro en sus expresiones, arguyendo que la AFA no se saldrá de la decisión de dejar de lado los descensos hasta el año 2022, lo que critican los futbolistas, encabezados por el secretario del gremio, Sergio Marchi.
Dicen que se necesitan los descensos para que los clubes no aprovechan la volteada, dejen de lado a los profesionales más caros y apelen a los juveniles, teniendo en cuenta que no tendrán el fantasma del descenso sobre sus espaldas.
El fútbol está que arde, con la incerditumbre como la gran protagonista de estos tiempos de pandemia y coronavirus.
En el Rojo la voz cantante fue del capitán Silvio Romero, quien en representación de 12 de los 19 futbolistas del plantel profesional hizo el reclamo al club por el pago de la deuda que tiene con ellos, que orilla los 190 millones de pesos y que abarca los meses de noviembre a febrero.
La respuesta estuvo a cargo del secretario del club, Héctor Maldonado, quien irónicamente dijo que algunos jugadores que reclaman estuvieron de vacaciones durante dos años. Le respondió Silvio Romero quien negó que hayan estado de vacaciones y que en todo caso no se cumplieron los objetivos de lograr un título.
En el caso de Huracán, el presidente, Alejandro Nadur, se mostró enojado porque los futbolistas pretendieron cobrar los cheques que habían recibido. Nadur dijo que había un pacto para que los cobraran dentro de un tiempo y que ellos se adelantaron, quebrando una promesa.
El fútbol argentino se encuentra en estado de ebullición, pandemia mediante. El próximo martes habrá asamble virtual en la Asociación del Fútbol Argentino, oportunidad en la que se ratificará la presidencia de Claudio Chiqui Tapia.
El 30 de junio vencen muchísimos contratos de futbolistas, tanto de primera división como de las otras divisiones profesionales del ascenso. Eso pone una gran cuota de incertidumbre, ya que se trata de alrededor de 2000 futbolistas y se estima que solo lograrán la renovación un 10 por ciento del total, lo que pondrá en libertad de acción a una importante cantidad, con los riesgos que eso implica, ya que el fútbol de primera recién volverá el año próximo, y en el caso del principal torneo de ascenso todo dependerá del momento en que se reanuden los entrenamientos y pueda volver a jugarse, algo que nunca será antes de setiembre, con una expresión más que optimista.
Hay un clima belicoso entre futbolistas y directivos. El presidente de Lanús, Nicola Russo, fue duro en sus expresiones, arguyendo que la AFA no se saldrá de la decisión de dejar de lado los descensos hasta el año 2022, lo que critican los futbolistas, encabezados por el secretario del gremio, Sergio Marchi.
Dicen que se necesitan los descensos para que los clubes no aprovechan la volteada, dejen de lado a los profesionales más caros y apelen a los juveniles, teniendo en cuenta que no tendrán el fantasma del descenso sobre sus espaldas.
El fútbol está que arde, con la incerditumbre como la gran protagonista de estos tiempos de pandemia y coronavirus.
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