Aquel 25 de Mayo de 1810 se trazaban los primeros pininos de la historia argentina, con la Revolución de Mayo y la presentación de la primera junta de gobierno, encabezada por un militar, Cornelio Saavedra, junto a los secretarios Juan José Passo y Mariano Moreno.
En España el rey había sido apresado por el gobierno de Napoleón Bonaparte y ante esa acefalía aquí se decidía derrocar al virrey -Cisneros- y dar el primer grito de libertad. Que no fue la Independencia como algunos pensaron sino un primer paso (esa Independencia sería algo más de seis años después en Tucumán, en otro histórico 9 de Julio).
Pasaron dos siglos y una década, y hoy este 25 de Mayo nos encuentra en medio de una pandemia planetaria por el coronavirus, con los argentinos confinados en los domicilios, esperando que el virus llegue al pico y comience a bajar en materia de casos de contagios y fallecidos.
De todas maneras la Argentina es un país inmenso, con distancias increíbles entre norte y sur, este y oeste. Por eso la pandemia encuentra a las provincias en diferentes situaciones.
Porque el virus se ha centrado en lo que se llama el AMBA (Area Metropolitana Buenos Aires, es decir Capital y Conurbano), también en Chaco, en la capital cordobesa y en alguno que otro punto del país.
Sin embargo el 87 por ciento del país está fuera de los casos y de la pandemia, y el epicentro queda en los lugares de mayor concentración de población y con mayor vulnerabilidad al virus, como las villas de Capital y las del Conurbano. Pese a que se pretendió separar las realidades rápidamente el tiempo se encargó de demostrar que haya diferencias entre la General Paz, de allá y de acá.
Hoy el estallido en la villa Azul -que está literalmente comunicada con la Itatí, en Quilmes- ha significado una demostración clara para que los gobiernos de los distritos más afectados -Capital y Gran Buenos Aires- tengan que mostrarse juntos -por supuesto con el apoyo del gobierno nacional- en la lucha contra este flagelo.
La Patria merece que ante un enemigo que no identifica condiciones sociales, económicas, etcétera, todos estemos juntos con el mismo sentimiento y con la misma senda.
Claro, lo que hay que solicitar que en un día como hoy se dejen de lado los intereses políticos, económicos, sociales, para que todos tiremos hacia un mismo lado.
Todos tenemos que poner el granito de arena para que de este momento se salga en unidad y cohesión.
Las asperezas o las mezquindades hay que dejarlas de lado, y no permitir que alguien se suba a ese caballo para llevar agua a su molino.
PD: Ese 25 de Mayo de 1810 la frase que quedó flotando fue que el pueblo quería saber de qué se trata... Pasaron dos siglos y una década y sigue vigente...
En España el rey había sido apresado por el gobierno de Napoleón Bonaparte y ante esa acefalía aquí se decidía derrocar al virrey -Cisneros- y dar el primer grito de libertad. Que no fue la Independencia como algunos pensaron sino un primer paso (esa Independencia sería algo más de seis años después en Tucumán, en otro histórico 9 de Julio).
Pasaron dos siglos y una década, y hoy este 25 de Mayo nos encuentra en medio de una pandemia planetaria por el coronavirus, con los argentinos confinados en los domicilios, esperando que el virus llegue al pico y comience a bajar en materia de casos de contagios y fallecidos.
De todas maneras la Argentina es un país inmenso, con distancias increíbles entre norte y sur, este y oeste. Por eso la pandemia encuentra a las provincias en diferentes situaciones.
Porque el virus se ha centrado en lo que se llama el AMBA (Area Metropolitana Buenos Aires, es decir Capital y Conurbano), también en Chaco, en la capital cordobesa y en alguno que otro punto del país.
Sin embargo el 87 por ciento del país está fuera de los casos y de la pandemia, y el epicentro queda en los lugares de mayor concentración de población y con mayor vulnerabilidad al virus, como las villas de Capital y las del Conurbano. Pese a que se pretendió separar las realidades rápidamente el tiempo se encargó de demostrar que haya diferencias entre la General Paz, de allá y de acá.
Hoy el estallido en la villa Azul -que está literalmente comunicada con la Itatí, en Quilmes- ha significado una demostración clara para que los gobiernos de los distritos más afectados -Capital y Gran Buenos Aires- tengan que mostrarse juntos -por supuesto con el apoyo del gobierno nacional- en la lucha contra este flagelo.
La Patria merece que ante un enemigo que no identifica condiciones sociales, económicas, etcétera, todos estemos juntos con el mismo sentimiento y con la misma senda.
Claro, lo que hay que solicitar que en un día como hoy se dejen de lado los intereses políticos, económicos, sociales, para que todos tiremos hacia un mismo lado.
Todos tenemos que poner el granito de arena para que de este momento se salga en unidad y cohesión.
Las asperezas o las mezquindades hay que dejarlas de lado, y no permitir que alguien se suba a ese caballo para llevar agua a su molino.
PD: Ese 25 de Mayo de 1810 la frase que quedó flotando fue que el pueblo quería saber de qué se trata... Pasaron dos siglos y una década y sigue vigente...
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