VIERNES SANTO: EL TEXTO DEL PADRE LAGUNA LLANO

Hoy es Viernes Santo, un día especial para los católicos. Por eso vale la pena divulgar el  mensaje que nos acerca el padre Pablo Laguna Llano.
"En Viernes Santo, ante la cruz, todos deberíamos guardar silencio. Es el silencio respetuoso que se merece todo hombre muerto.
Es el silencio denso, profundo, que reclama todo ejecutado, cuanto más si ha sido injustamente.
Es el silencio orante que provoca un Dios ejecutado por bandido, por subversivo, por blasfemo.
Hoy no debería resonar más palabra que la de Dios...
La palabra de Dios en la cruz de Jesús. La palabra de Dios que es la muerte de Jesús.
Así está su palabra más plena. La más llena de sentido y por ello, la que más escandaliza al mundo, la que más lo encomienda.
Queremos escuchar hoy así en nuestros crucifijos. Pero sobre todo queremos descubrir en todas las cruces que se multiplican por esta aldea global, la casa común que habitamos todos.
Y ahora te descubrimos mejor en tu súplica al Padre.
Perdónalos porque no saben lo que hacen:
-en todos los parias del mundo
-en todos los condenados a muerte
-en todos los explotados, usados, utilizados como cosas
-en todos los emigrantes, marginados e ilegales
-en todas las mujeres violadas y asesinadas
-en todos los proyectos de vida que no vieron la luz
-en todas las niñas y en todos los niños ultrajados, denigrados, violentados, vejados, asesinados.
Te oimos decir: tengo sed en los que sufren todos los crucifijos por su cultura rechazada, de su rincón, de su historia, de su sexo, de su trabajo.
Te escuchamos gritar: Dios mío por qué me has abandonado. Te contemplamos sufrir y exclamas: En Dios nuestro señor encomiendo mi espíritu.
En el moribundo de todos los atardeceres, en el enfermo sin lugar, turno ni comida en el hospital, en el adolescente que tiene que morir a su infancia con dolor para nacer a la juventud, en el ser humano gis que no sirve para ninguna causa y no tiene ningún lugar para descansar en paz, en la mujer, en el hombre, en el joven, en el anciano a los que este mundo cruel les ha ido matando uno a uno todas sus ilusiones y esperanzas.
Sí, Señor, en esta tarde de Viernes Santo quisiéramos verte en estas y en todas las cruces y encrucijadas del mundo.
Y las contemplanos no para resignarnos sino para que siguiendo tu camino con toda la Iglesia comprometernos en arrancarlas y suprimirlas de nuestro entorno.
Desde tu madero nos pides que tu cruz sea la última y que nosotros no levantemos más cruces".

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