LUIS PEREYRA: EN LA DANZA, LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

El gran bailarín de tango y folklore, Luis Pereyra -junto a su pareja de la danza y de la vida Nicole Nau lideran un equipo que ha demostrado su talento en distintos escenarios del país y del mundo, en los últimos tiempos en Europa, con centro en Alemania- ha escrito esta nota para evaluar la publicación de La Prensa, a través del periodista Daniel Sousa. Y aclara algunos tantos, entre ellos lo que dice que en un tiempo era un salario-un cubierto... También el hecho de "ser bailarín de fila". Y cuenta un poco su intensa y apasionante carrera artística, que lo llevó a recorrer el país y el mundo. En esas idas y vueltas, tuvo su click: encontrarse con Nicole, la chica de Dusseldorf, que llegó a la Argentina a hacer una pasantía desde Alemania, y cambió su vida.

Luis comienza hablando de los criterios y de su  experiencia, para "expresar algunas cosas vividas, sobre esta Nota de Daniel Sousa La Prensa". Considera que son impecables las preguntas del periodista y pone el acento en algunas respuestas de los entrevistados, que dice no entender.
"Yo bailé en los años 70-80-90-en el cambio de siglo, 2000 y hasta hoy estoy dándole pelea al retiro (si es que así se dice) como bailarín de fila y como solista (estudié mucho para ser solista). Una cosa es el bailarín de fila y otra el solista. Nadie en la nota lo refleja y todo el ganado no es el mismo. El señor que dice (no recuerdo conocer al señor en estos tiempos que nombro, es extraño porque algo bailé  en mi vida) que en los años 90 los bailarines cobraban ¿un cubierto?. Jamás supe eso del “Cubierto”: primero que en los 90, en las casas donde yo bailé -“Casa Blanca”, “Casa Rosada”, “El Aljibe” del Sheraton Hotel, “Michelangelo” y en “Recova Plaza” solo había tragos y no cena, 
 Creo que el “El Viejo Almacén” en ese tiempo tenía tragos nada más. En la década del 70 y 80 se decía que los artistas (músicos, cantantes, directores de Ballet y parejas solistas de tango, de clásico y cantantes en general, porque antes se llamaba Music Hall y no Tanguerías) cobraban una “Copa”; yo en los 70 y principios de los 80 era bailarín de fila y me pagaban lo que podían.
 Con ese dinero, pude estudiar mis clases de clásico privadas, comprar libros y música, ver museos y llevar semanalmente algo para parar la olla de mi familia e impuestos. 
 Desde 1984, cuando me hice solista, gané mucho mejor, pude comprar más discos, más libros y más clases de coreografía y clásico, estudiar música y comprar mi primer auto y hasta una casa, siempre bailando. Pero ¡nunca! un dueño de casa me habló de cobrar “Una Copa” y mucho menos “Un cubierto”
Sí es verdad que músicos pararon shows con muchos turistas sentados a la espera del mismo.Me pasó en el “Café de los Ángelitos” en un doble show con la sala llena, ¡Pero! No fueron los músicos, fue una bailarina que comenzó el estallido. Ahí sí, se sumaron músicos, cantantes de reemplazo y técnicos.
También es verdad que los músicos (al tener un sindicato) tienen más fuerza y es verdad que los bailarines nunca fueron unidos, ¡Nunca!
 De los 2.000 millones anuales que deja “El Tango” porque los artistas ¿son tan pobres? ¿Porque los dueños de las casas a veces no recaudan lo necesario? Tal vez el señor que está “ayudando” a los bailarines, no sepa que las casas pagan sumas muy importantes de porcentajes sobre cada turista que entra a su casa a cenar y a ver bailar, o sea, de los 180 dólares o 200 dólares pagan a veces hasta un 50% de ese valor a quien le lleva el turista a su casa. Jamás entran en la gran mayoría de los casos, los 180 ó 200 completos, ni hablar la plata que ponen en alquiler, impuestos, etcétera.
No sé cuántos son los bailarines, músicos y cantantes que van a ayudar a mantener la fuente de trabajo, cuando todo regrese, no lo sé.
 Yo me salí del sistema hace 3 ó 4 años, cansado de luchar por estas cosas. Le di trabajo a mucha, pero mucha gente y muchos me escupieron la mano o lo que es peor: los que recomendé “en las Tanguerias” hicieron juicios y saben a quién atacaron los dueños de las “Tanguerias”? A mi persona. Jamás le hice un juicio a quien me dio trabajo, pero no estoy en contra de que lo hagan, si es su derecho, adelante y a no quejarse cuando no te llaman más, a bailar, cantar y tocar en tu patio.
 Nada dicen los que hablan en la nota, que no solo el Coronavirus es el mal de todo esto. También hay que saber que algunos gerentes te quieren armar el show. Me pasó: me dijo uno, Pereyra, con una Cumparsita, un Choclo, un Libertango y un Caminito ya está el show. Imaginen mi cara, nunca acepté que me digan cómo hacer un show. Es gente que solo vende vidrios. Cuidé la fuente de trabajo toda mi vida; no defendí a patrones, defendí la fuente de trabajo, pero el trabajador se cagó en la fuente de trabajo. Claro que hay excepciones.
 Siento que la gente habla porque Dios le dio ese Don, nada más. Insisto, ¿en esos tiempos, dónde estaban estos señores que hablan ahora? Algo me perdí
Lamento profundamente que todo esto pase, pero no solo el Coronavirus cagó todo en el arte de trabajar en la noche como artista. 
Dejo para el final, la célebre frase del finadito Héctor Falcón "Caballo Loco": hay bailarines que trabajan porque se les hizo tarde la noche".

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