Fútbol, pasión de multitudes. Un deporte tan popular en la Argentina y el mundo sufre las consecuencias de la cuarentena y de la pandemia.
En nuestro país el responsable del Ministerio de Deportes y Turismo, el ex titular de San Lorenzo, Matías Lammens, ya dijo que el retorno de la actividad está bastante postergado, y será una de las últimas actividades que volverá cuando concluya la cuarentena.
En todo el mundo las cosas son parecidas. Todas las ligas, fundamentalmente las más poderosas, están analizando el retorno pero mientras sigan las cuarentenas y el virus continue sumando contagiados y muertos, difícilmente es imaginable pensar en que vuelva a rodar la pelota.
Por el momento se sabe que en Alemania han vuelto algunos entrenamientos, pero se hacen con grupos reducidos de futbolistas, cumpliendo las normas de aislamiento social.
En Argentina los canales deportivos recurren a repetir distintos partidos locales e internacionales, en algunos casos recurriendo a la nostalgia y a la emoción.
El diario deportivo Olé debe agudizar la imaginación para atraer a los lectores, porque se hace difícil referir los presentes de los clubes, cuando cada futbolista está cumpliendo la cuarentena en su casa, y por supuesto, se hace difícil imaginar la vuelta de los entrenamientos, máxime teniendo en cuenta que el pico todavía no llegó, y se supone que será a mediados de mayo, por lo que recién se podría hablar de entrenamientos en julio o agosto.
Dicen los que saben -lo dijo el titular de Lanús, Nicolás Russo- que cuando se vuelva a la actividad se van a necesitar unos 45 días de entrenamiento para que los jugadores retomen el estado físico y futbolístico.
Tampoco debemos dejar de lado, y eso vale la pena resaltarlo, que muchos clubes pusieron sus instalaciones al servicio de la política sanitaria de lucha contra el virus.
En el caso del Quilmes AC, presidido por el contador Cristian Sterli, el club se convirtió en base de operaciones del Ejército argentino. Así el estadio Centenario -vale recordar que el próximo 25 de abril cumplirá 25 años desde aquella histórica inauguración con el partido Quilmes-Nacional de Montevideo- se ha transformado en sede de la cocina de alimentos, que se reparten a través de cientos de raciones diarias a los barrios más vulnerables.
En síntesis, el fútbol hoy pasó a ser un rubro no esencial y la pelota se patea para mucho más adelante, en cuanto a la posibilidad de volver a funcionar.
En nuestro país el responsable del Ministerio de Deportes y Turismo, el ex titular de San Lorenzo, Matías Lammens, ya dijo que el retorno de la actividad está bastante postergado, y será una de las últimas actividades que volverá cuando concluya la cuarentena.
En todo el mundo las cosas son parecidas. Todas las ligas, fundamentalmente las más poderosas, están analizando el retorno pero mientras sigan las cuarentenas y el virus continue sumando contagiados y muertos, difícilmente es imaginable pensar en que vuelva a rodar la pelota.
Por el momento se sabe que en Alemania han vuelto algunos entrenamientos, pero se hacen con grupos reducidos de futbolistas, cumpliendo las normas de aislamiento social.
En Argentina los canales deportivos recurren a repetir distintos partidos locales e internacionales, en algunos casos recurriendo a la nostalgia y a la emoción.
El diario deportivo Olé debe agudizar la imaginación para atraer a los lectores, porque se hace difícil referir los presentes de los clubes, cuando cada futbolista está cumpliendo la cuarentena en su casa, y por supuesto, se hace difícil imaginar la vuelta de los entrenamientos, máxime teniendo en cuenta que el pico todavía no llegó, y se supone que será a mediados de mayo, por lo que recién se podría hablar de entrenamientos en julio o agosto.
Dicen los que saben -lo dijo el titular de Lanús, Nicolás Russo- que cuando se vuelva a la actividad se van a necesitar unos 45 días de entrenamiento para que los jugadores retomen el estado físico y futbolístico.
Tampoco debemos dejar de lado, y eso vale la pena resaltarlo, que muchos clubes pusieron sus instalaciones al servicio de la política sanitaria de lucha contra el virus.
En el caso del Quilmes AC, presidido por el contador Cristian Sterli, el club se convirtió en base de operaciones del Ejército argentino. Así el estadio Centenario -vale recordar que el próximo 25 de abril cumplirá 25 años desde aquella histórica inauguración con el partido Quilmes-Nacional de Montevideo- se ha transformado en sede de la cocina de alimentos, que se reparten a través de cientos de raciones diarias a los barrios más vulnerables.
En síntesis, el fútbol hoy pasó a ser un rubro no esencial y la pelota se patea para mucho más adelante, en cuanto a la posibilidad de volver a funcionar.
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