A la edad de 82 años falleció el doctor Jorge Moltedo. Pediatra, escritor, actor.
Fue presidente de Argentino de Quilmes.
Como actor desarrolló una importante carrera, y se destacan sus actuaciones en el Círculo Médico, con obras como El acompañamiento, de Carlos Gorostiza y La última cinta de Krapp, de Samuel Beckett.
El historiador Chalo Agnelli destacó la personalidad del profesional, subrayando su labor como médico, quien fue director del Dispensario Ramón Carrillo y también, secretario de Salud en la Municipalidad de Quilmes, entre 1991 y 1993.
Como poeta presentó el libro Poesía inquieta, con ilustraciones de Enrique Rocca y el diseño interior, de Mariano Morelli.
Era apasionad por el fútbol y del hockey (sus hijos se destacaron en este deporte en el Quilmes High School).
En el fútbol llegó a la presidencia del primer club criollo de la Argentina, el Mate de Argentino de Quilmes, en una directiva en que lo acompañó el doctor Mugica.
Cuando el Mate cumplió su centenario, el 1 de diciembre de 1999, como presidente de la institución, descubrió una placa recordatoria y destacó la importancia de la entidad de la barranca.
"ROBOT IMPORTADO"
En la publicación del Círculo Médico de Quilmes, Diga 33, número 558, el doctor Moltedo publica este mensaje, que vale la pena reproducir porque debió ser uno de sus últimos poemas.
Bajo el título de Robot Importado dice lo siguiente:
"Un robot con ropa gris plomo de cirujano principal
introduce sus garfios en las entrañas
observa con su implantado ojo de lince
los caminos que corre la sangre fuera de su lugar.
Busca su objetivo hurgueteando entre las vísceras
Hasta que una lágrima mercurial
anuncia un desperfecto
El adjunto continúa sacando interrogantes y etcéteras
Y finaliza con un cierre relámpago en la piel
El aparato que costó un ojo a la cara
terminó como espantapájaros
sembrado con huevos de avestruces y girasoles pintados.
Sin barbijo, luciendo un gorro frigio.
Y un pajarito distraído posado
sobre los hombros de esa manufactura extraña".
El mejor homenaje al Doctor Jorge Moltedo.
EL DESPIDO DE MOTEQUI
MOTEQUI, Movimiento Teatrero de Quilmes hizo esta despedida del doctor Moltedo, seguramente de la pluma de Patricia Santi.
"Hoy nos dejó. Su partida nos encuentra acá en medio de este encierro, presos de no poder abrazarnos, de llorar juntos, de estar en compañía para recordarlo.
Presos de no poder correr para escapar de esta orfandad que nos habita.
Apasionado por el teatro y amante fiel de Don Federico (García Lorca), nos hizo recorrer su vida con Un tío de puta madre.
También nos invitó a tomar el té con Godot, interpretando a Vladidmir y además, a almorzar en la casa de Ludwing. Y seguramente los que lo vieron subirse a Aeroplanos no olvidarán aquel hermoso encuentro.
El sabía emocionarnos, sí que sabía. Fueron muchas las obras que hizo, y todos los que compartieron con él un escenario seguro tienen alguna anécdota para contar...
Recuérdenlo, no se olviden de nada, digan que era un geminiano de ley, un niño caprichoso que te hacía enojar, pero sabía comprarte de la mejor manera, que amaba escribir poesía, que su memoria a veces lo traicionaba, que era un incansable lector, que cuando iba a un bar pedía mate cocido con leche, que siempre tenía alguna historia para contarte, que cada tanto aparecía con fotografías de sus tiempos mozos, que amaba profundamente esto que hoy nos une: actuar.
Se fue el hincha de los Mates, el pediatra, el poeta, el actor, el niño; hoy se nos fue Jorgito Moltedo, por favor, dejad el balcón abierto".
Fue presidente de Argentino de Quilmes.
Como actor desarrolló una importante carrera, y se destacan sus actuaciones en el Círculo Médico, con obras como El acompañamiento, de Carlos Gorostiza y La última cinta de Krapp, de Samuel Beckett.
El historiador Chalo Agnelli destacó la personalidad del profesional, subrayando su labor como médico, quien fue director del Dispensario Ramón Carrillo y también, secretario de Salud en la Municipalidad de Quilmes, entre 1991 y 1993.
Como poeta presentó el libro Poesía inquieta, con ilustraciones de Enrique Rocca y el diseño interior, de Mariano Morelli.
Era apasionad por el fútbol y del hockey (sus hijos se destacaron en este deporte en el Quilmes High School).
En el fútbol llegó a la presidencia del primer club criollo de la Argentina, el Mate de Argentino de Quilmes, en una directiva en que lo acompañó el doctor Mugica.
Cuando el Mate cumplió su centenario, el 1 de diciembre de 1999, como presidente de la institución, descubrió una placa recordatoria y destacó la importancia de la entidad de la barranca.
"ROBOT IMPORTADO"
En la publicación del Círculo Médico de Quilmes, Diga 33, número 558, el doctor Moltedo publica este mensaje, que vale la pena reproducir porque debió ser uno de sus últimos poemas.
Bajo el título de Robot Importado dice lo siguiente:
"Un robot con ropa gris plomo de cirujano principal
introduce sus garfios en las entrañas
observa con su implantado ojo de lince
los caminos que corre la sangre fuera de su lugar.
Busca su objetivo hurgueteando entre las vísceras
Hasta que una lágrima mercurial
anuncia un desperfecto
El adjunto continúa sacando interrogantes y etcéteras
Y finaliza con un cierre relámpago en la piel
El aparato que costó un ojo a la cara
terminó como espantapájaros
sembrado con huevos de avestruces y girasoles pintados.
Sin barbijo, luciendo un gorro frigio.
Y un pajarito distraído posado
sobre los hombros de esa manufactura extraña".
El mejor homenaje al Doctor Jorge Moltedo.
EL DESPIDO DE MOTEQUI
MOTEQUI, Movimiento Teatrero de Quilmes hizo esta despedida del doctor Moltedo, seguramente de la pluma de Patricia Santi.
"Hoy nos dejó. Su partida nos encuentra acá en medio de este encierro, presos de no poder abrazarnos, de llorar juntos, de estar en compañía para recordarlo.
Presos de no poder correr para escapar de esta orfandad que nos habita.
Apasionado por el teatro y amante fiel de Don Federico (García Lorca), nos hizo recorrer su vida con Un tío de puta madre.
También nos invitó a tomar el té con Godot, interpretando a Vladidmir y además, a almorzar en la casa de Ludwing. Y seguramente los que lo vieron subirse a Aeroplanos no olvidarán aquel hermoso encuentro.
El sabía emocionarnos, sí que sabía. Fueron muchas las obras que hizo, y todos los que compartieron con él un escenario seguro tienen alguna anécdota para contar...
Recuérdenlo, no se olviden de nada, digan que era un geminiano de ley, un niño caprichoso que te hacía enojar, pero sabía comprarte de la mejor manera, que amaba escribir poesía, que su memoria a veces lo traicionaba, que era un incansable lector, que cuando iba a un bar pedía mate cocido con leche, que siempre tenía alguna historia para contarte, que cada tanto aparecía con fotografías de sus tiempos mozos, que amaba profundamente esto que hoy nos une: actuar.
Se fue el hincha de los Mates, el pediatra, el poeta, el actor, el niño; hoy se nos fue Jorgito Moltedo, por favor, dejad el balcón abierto".
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