CORONAVIRUS: ABRIL EN CUARENTENA

Hoy se inició una nueva etapa de la cuarentena por el coronavirus, según lo anunciado por el presidente Alberto Fernández, con una eventual fecha de culminación, el 26 de abril, que por ahora pende de un hilo y dependerá de lo que ocurra en estas dos semanas.
En estos días se comenzará a advertir los efectos de la mayor cantidad de testeos y también, las secuelas de aquel viernes 3 de abril, negro por cierto, en que una oleada de jubilados invadió los bancos para percibir sus haberes, cuestión que fue solucionada al día siguiente pero quedaron impresas las imágenes de los abuelos haciendo interminables en colas en lo que fue el día más frío del año.
Así las cosas, y teniendo en cuenta que se sigue en la cuesta, camino al pico, empiezan a hacerse más estrictas las medidas que se adoptan, tanto desde el gobierno nacional como de los provinciales y nacionales.
El jefe de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, dio un paso fundamental al establecer que a partir del miércoles serán obligatorios los tapabocas en CABA, tanto para ingresar a los comercios como al transporte público. Habrá duras multas para los que no cumplan.
Lo mismo podría anunciarse hoy desde la gobernación, tras el encuentro de ayer de Axel Kicillof con intendentes de la primera y tercera sección electoral. La propia jefa comunal de Quilmes, Mayra Mendoza, lo dejó entrever e incluso produjo un video, junto a su hija Catalina, en cuanto a la realización casera de un tapaboca (expresión bien argentina del popular barbijos, que en su versión académica, como no podía ser de otra manera, deberá dejarse al sacrificado personal de salud que deja la vida todos los días en su trabajo, para cuidar a toda la población. Un personal de salud que enfrenta pequeñas mezquindades de quienes se dejan llevar por la sinrazón y pretende sacarlos de su vivienda, sin entender que el día de mañana, podría ocurrir que esos mismos tendrán que evitar males mayores si contraen el coronavirus).
De todas maneras, desde la gobernación también se analiza la posibilidad de autorizar a determinados municipios a levantar la cuarentena, siempre y cuando no haya casos y exista la responsabilidad de evitar que se entre o se salga del distrito.
Argentina viene enfrentando al coronavirus y la pandemia con una política que apostó a la cuarentena casi al mismo tiempo de la declaración, en oposición a otros países, como Estados Unidos, España, Italia, Francia, Brasil, que hicieron la vista gorda, le restaron importancia a lo ocurrido en Wuhan, China, donde todo empezó y cuando se dieron cuenta ya tenían -tienen- el flagelo en su gran dimensión encima. Obligados a tomar medidas restrictivas de suma rigurosidad, aunque en el caso de Brasil, con un presidente como Jair Bolsonaro, que desafía al virus y mantiene una actitud despreciativa, invitando a los brasileños a salir de sus casas, contra todas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Hoy precisamente un médico brasileño, Osmar Terra, ex ministro de ciudadanía de Jair Bolsonaro, dice en una entrevista en Clarín que el coronavirus no va a matar en ese país más que una gripe de invierno. Critica a la Organización Mundial de la Salud y lo define como un órgano asesor, pero no es que haya que obedecerle en la pandemia.
Se manifiesta incluso en contra de las cuarentenas generalizadas y explica que el virus se propaga en escala por los asintomáticos, y agrega que ese virus tiene una fuerza incontrolable, como para repetir que las cuarentenas generalizadas no sirven. Se multiplica y se llega a un pico y hace esta advertencia: empieza a disminuir el número de casos cuando más  del 50 por ciento de la población está contaminada y con anticuerpos.
Un pensamiento, el de este médico, que comparte el presidente Bolsonaro y que establece una política totalmente distinta de la que está aplicando Alberto Fernández en nuestro país.
El presidente argentino ha dicho repetidamente que entre economía y salud, esta última es la prioridad, porque de la economía puede haber recuperación, de la muerte, no.
En síntesis, se inicia una nueva quincena de cuarentena, con una consigna de fierro: quedarse en casa.
Hoy hubo algunas aperturas en materia de actividades, como los talleres mecánicos y gomerías que trabajan con los vehículos de quienes obligadamente están en la lucha contra la pandemia, asimismo librerías con delivery, los chicos autistas y la posibilidad de una salida de casa al igual que quienes tienen alguna discapacidad, con un acompañante hasta cinco cuadras de su casa.
Todo lo demás sigue parado, lógicamente con todo el riesgo económico que provoca esta situación, más allá de los aportes del gobierno para los sectores más vulnerables.
En esta quincena, y siempre teniendo en cuenta lo que digan las cifras de infectados y fallecidos que se dan todos los días a las 20, se tendrá una idea fundamental para saber si finalmente el 27 de abril muchas actividades productivas pueden volver a funcionar.
Lo que sí se sabe es que los adultos mayores, los más vulnerables ante la pandemia, van a seguir de cuarentena, con la mirada puesta en la famosa curva y la necesidad de saber cuándo va a empezar a bajar.
Tampoco hay que olvidar que se viene el invierno, y dicen que el virus funciona mejor con el frío. Junto a la influenza y otras enfermedades, puede ser un combo letal de cara al futuro. De ahí la recomendación a los adultos mayores de aplicarse la vacuna antigripal y la referida al neumococo.
Argentina pelea de frente al coronavirus, viene librando la batalla en forma positiva, pero no debe relajarse ni cantar victoria, porque todavía es largo el camino a recorrer.
Sintéticamente el mejor consejo es el de siempre QUEDARSE EN CASA.

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