CASAS DE TANGO: NOTAS QUE PONEN ALERTA EN CUARENTENA

En forma casi coincidente se han publicado dos notas que refieren el mismo tema: en tiempos de pandemia por el coronavirus, las casas de tango de Buenos Aires, que generalmente vivían de los turistas que llegaban a la ciudad (y pagaban en dólares) están sufriendo las consecuencias de un parate que ya lleva más de un mes y que pone el alerta sobre el futuro ante la falta de ingresos.
Esta situación la sufre el personal gastronómico y artístico que le daba a estos lugares la magia del cantor, la orquesta, y los bailarines que con haciendo malabares con la música del 2x4 provocaban el elogio la admiración de los asistentes.,
Una de las notas fue publicada por el diario La Prensa, con el autor, Daniel Souza y un título sugestivo: "El sombrío futuro de las casas de tango".
La otra publicación fue en el diario Clarín, firma Silvia Naishtat y se titula: "¿El último café para la industria del tango?
Souza cuenta que los bailarines decidieron nuclearse en el Movimiento de Bailarines de Tango (MBT), una comunidad con cerca de 400 integrantes entre artistas de locales tangueros y otros que trabajan a cielo abierto en la Ciudad, en San Telmo, Caminito.
Al haber ingreso cero en las casas de tango, lo sufren los artistas.
El representante de la Asociación Civil Trabajadores del Tango, Rodrigo Calvete, afirmó que apoyan al MBT y mencionó que generalmente solo está en blanco una pareja de bailarines y el resto es monotributista.
Los bailarines cobran el mínimo que permite la legislación y el resto del salario, un 60 por ciento, está en negro. A esa condición entre blanco y negro, los bailarines lo llaman "cobrar en gris".
En la nota de La Prensa se hace un contrapunto entre los valores que pagan los turistas por la cena y el show orillan entre 160 y 200 dólares, sin embargo el bailarín se lleva apenas entre 150 y 180 pesos por día. Se agrega, a través de un señor Rodrigo Calvete, que en otras épocas el cobro era un bailarín, un cubierto, y hoy está en el orden del 10 por ciento del cubierto.
La situación se agravó desde que comenzó el confinamiento (20 de marzo).
La nota de Clarín comienza preguntando con títulos de tangos como Paciencia, Cambalache, El último café, si la industria está tomando precisamente "el último café".
Y relata esos mismos problemas que afectan a los 14 salones de cena show, que se nutren de un turismo que se terminó desde el cierre de las fronteras. Ya no llegan los que bajaban de los cruceros para disfrutar del show tanguero.
Los afectados van desde empleados gastronómicos hasta artistas, orquestas, cantores, bailarines, todos afectados por una actividad que no se sabe cuándo volverá.
Menciona los casos de Bar Sur, El Viejo Almacén, etcétera.
Expresa que en tiempos normales los empleadores debían pagar entre 3 y 6 millones de pesos por mes. Ahora, sin ingresos, la cosa se ha complicado.
¿Hasta cuándo podrán mantenerse...?
La periodista explica que se están haciendo pedidos ante el ministro de Turismo, Matías Lammens, a fin de advertir de qué manera se podrá ayudar a estos locales y a los artistas y trabajadores.

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