MONSEÑOR COLOMBO, UN QUILMEÑO EN "ACCION"

El arzobispo de la provincia de Mendoza, Marcelo Colombo, habló para el periódico Acción, difusor del cooperativismo.
Colombo fue capellán de la catedral de Quilmes, cuando el obispo de la diócesis era monseñor Jorge Novak.
Más tarde fue designado obispo de Nueva Orán, Salta en 2009 y posteriormente, en 2013m obispo de La Rioja, en el tiempo en que se activó la beatificación de monseñor Enrique Angelelli -asesinado por la dictadura militar el 4 de agosto de 1976, cuando era obispo de La Rioja e investigaba el asesinato de dos curas (Murias y Longeville).
Colombo fue ordenado sacerdote en 1988 por el obispo Novak. El 22 de mayo de 2018 fue designado arzobispo de Mendoza por el Papa Francisco.
Cabe recordar que cuando asumió el actual obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, esa ceremonia fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires de ese entonces, el cardenal Jorge Bergoglio, y Marcelo Colombo estuvo.
Recuerda Acción que hoy Marcelo Colombo -quien es abogado- es vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina y es miembro de la Comisión Ejecutiva de los obispos católicos.
 En el reportaje comienza hablando del tema de la megaminería, porque Colombo estuvo junto a las organizaciones socioambientales que se opusieron a la modificación de la ley provincial 7722, que prohibe el uso de sustancias tóxicas en la actividad minera.
Refleja la posición hablando de los antecedentes del Papa Juan Pablo II y de la encíclica Laudato si, del Papa Francisco. "Es como una especie de carta magna de los derechos de la creación, involucrando al hombre como parte de lo creado y poniendo todo en una relación de integralidad".
Cuando se le menciona que hay sectores empresarios que afirman que con esta posición impiden la generación de puestos de trabajo.
"Tenemos que analizar qué proyecto queremos para Mendoza, Argentina y el mundo, no solo desde la matriz productiva sino también en diálogo con lo que significa la supervivencia. Hay una cuestión de emergencia, porque ya no estamos hablando de cambio climático, sino de crisis climática. Vemos inundaciones en todo el NOA y aquí en Mendoza estamos padeciendo una sequía dramática que nos pone en un lugar de desierto permanente. Hoy estamos en un momento donde es tan grande el impacto de la transformación ambiental que nos toca de lleno y nos golpea. Oponer empleo a cuidado del ambiente nos parece poco sano. No podemos discutir eso si antes no aseguramos que podemos vivir. Otro aspecto es la desconfianza. Los políticos y los empresarios deben reconocer que no se logra desterrar la desconfianza que existe en torno a la garantía que deben ofrecer los proyectos mineros y las capacidades que existen para controlarlos. Los ejemplos en Latinoamérica y en las provincias vecinas nos hablan a gritos. Mendoza debería demostrar que se puede trabajar seriamente sobre el control de los posibles daños ambientales que genera esta actividad. No estamos aislados del resto de las experiencias.

ARGENTINA CONTRA EL HAMBRE

Monseñor Colombo se refiere al actual gobierno y al Plan Argentina contra el Hambre. Reconoce que participan a través de Cáritas y otros organismos eclesiales que permiten acompañar desde la Iglesia.
"Me parece importante trabajar mucho en la articulación de espacios de diálogo como fue la experiencia de Diálogo Argentino que trabajo sobre las consecuencias de la crisis de 2001. Un Estado inteligente debe buscar la participación de todos, aunque el límite siempre va a ser la depredación, la ganancia pingue, la corrupción que hemos visto en algunos sectores recientemente, donde lo que entraba de préstamos del FMI se iba como agua por canasto.
En cuanto a pagar o no pagar la deuda, Colombo señaló: "Hay prioridades. Pagar, pero, ¿cómo? Pagar, pero ¿a costa de qué y quién? En esto hay que trabajar mucho para que esa deuda interna sea definitivamente saldada.
Y define la deuda interna como "los sectores postergados que sufren la fragilidad de un sistema que no los contiene y que solo van paliando su situación por el trabajo de los movimientos sociales, el acompañamiento de la Iglesia y la ayuda transitoria de los gobiernos. Es una deuda también la falta de capacitación y calificación. La formación profesional debe volver a ubicar la formación técnica y repensar la universidad: qué carreras, orientaciones y oficios necesitamos desarrollar o profundizar. Yo creo que necesitamos más desarrollo técnico, pero eso de ninguna manera significaría que pierdan valor las ciencias sociales y las humanidades.

LA BEATIFICACION DE ANGELELLI

Sobre la beatificación del obispo Angelelli, de la que participó activamente Colombo, explicó que "siempre he insistido en que los mártires y los santos no son para el mármol sino para la vida. Sus propuestas no pueden quedar enfriadas en una foto, sino que están en diálogo con sus vidas, con su ejemplo.
Angelelli ha sido parte de una generación eclesial que creyó en el valor de encontrarse y trabajar juntos como Iglesia en línea con el Concilio Vaticano II. Para la Iglesia es una llamada de atención volver sobre ese momento eclesial que todavía tiene mucho para explorar y aplicarse en la vida concreta. La figura de Angelelli tiene un valor ejemplar notable. Un hombre que recorría todas las comunidades, que generaba espacios de diálogo y relación directa con distintos sectores de la sociedad. La pastoral de Angelelli es una síntesis de intervención de la Iglesia en la vida, no como una imposición sino como una verdadera interacción con la sociedad y su figura es aun un tema pendiente.

CON EL GOBIERNO

Colombo se ocupa también de la relación con el actual gobierno de los Fernández.
"Tenemos una relación cordial y fluida, pero eso no nos impide decir lo que pensamos ni defender lo que tenemos que defender. Con el señor presidente hemos tenido un encuentro que marca un estilo para adelante: decirnos las cosas con toda claridad, sin verso, sin dibujarla. Hemos dialogado duro -porque estaba fresquito- sobre el protocolo de aborto no punible. El nos dijo que comprende la posición de la Iglesia, comprende que no lleguemos a un acuerdo y veremos cómo seguir trabajando para adelante. La Iglesia va a proponer con fuerza su mirada sobre la defensa de la vida. En algunos temas relacionados con la atención a los sectores sociales más desprotegidos tenemos una mirada más convergente con el gobierno, hay un acuerdo en cómo acompañar procesos de recuperación del mundo de los pobres.

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