La foto que ayer produjeron el presidente electo, Alberto Fernández y el actual, Mauricio Macri, pasó a ser un signo de época.
Contra algunos pronósticos y el escepticismo de algunos, ambos mandatarios se pusieron los pantalones largos y dieron una muestra acabada de madurez democrática.
En medio de tanto desasosiego, de campañas sucias, expresiones fuera de lugar y otras cuestiones, los que deben asumir sus responsabilidades, como máximos referentes, dieron una muestra de estar a la altura del momento que vive el país.
Más allá del dramatismo de la hora y de los vaivenes de un país que merece ser vivido, Fernández y Macri se sentaron a conversar, para que la transición hasta el 10 de diciembre transite por carriles "normales".
Esa foto, que en las mayores democracias del mundo es habitual, aquí se transformó en noticia porque ambos decidieron comenzar a realizar el traspaso con altura democrática.
De igual modo esta mañana en Quilmes, el intendente que termina su mandato, Martiniano Molina, recibió a la intendente electa, Mayra Mendoza, para iniciar el camino de la transición.
Ojalá que estos signos de madurez política sirvan para que los trasnochados de siempre, de cualquiera de las dos líneas que suman la enorme cantidad de votos en casi un 90 por ciento de los votantes, depongan sus actitudes y se den cuenta que la República es de todos y que los resultados ponen a cada parte en su lugar, pero todos tirando por el mejor camino para construir un país mejor.
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