SAN CAYETANO Y LA ESPERANZA DE LOS POBRES...

La carta de la Vicaría de Solidaridad de la Diócesis de Quilmes dio a conocer la carta "La esperanza de los pobres nunca se frustrará", con motivo de celebrarse mañana la fiesta de San Cayetano.
Dice así: "En ocasión de la fiesta de San Cayetano, patrono del pan, de la paz y del trabajo, nos unimos a nuestro pueblo sediento de una vida más digna, especialmente para los sectores más empobrecidos que, sin trabajo buscan sostener su esperanza y vislumbrar un futuro mejor.
A días de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias 8PASO) queremos hacer un llamado a edificar nuestra democracia con la participación activa en la cosa pública y el voto consciente. Necesitamos apostar por un proyecto de país que privilegie la justicia y la paz. Una justicia que sea respuestas de verdadera solidaridad con los pobres de nuestra tierra. Justicia que asegure la paz en la búsqueda del bien común, para todos, sin exclusiones, sin excluidos. Un proyecto de país necesita un sistema económico y social que ubique al hombre en el centro de su preocupación, y no privilegie la especulación financiera o la fuga de divisas de nuestra patria.
El pobre es el centro de la preocupación del Dios de Jesús. Y, por lo tanto, debe ser el centro de la preocupación de la Iglesia, su comunidad discipular. Queremos honrar la vida de nuestro pueblo más humilde a la hora de emitir nuestro sufragio. Nunca puede reducirse nuestro voto a una mirada individualista o simplemente hedonista, necesitamos sufragar con verdadera conciencia social y espíritu comunitario.
Mientras tanto, preparamos nuestra Peregrinación Diocesana a Luján El domingo 8 de setiembre llevaremos a los pies de la Virgen nuestra esperanza, nuestro caminar sinodal. Y especialmente la vida de nuestros pobres. Bajo su manto pondremos la vida de nuestra patria con la confianza de buenas noticias para el pueblo y para los pobres.
Convocando a la III Jornada mundial de los pobres para noviembre de este año, el Papa Francisco nos dice: La condición que se pone a los discípulos del Señor Jesús, para ser evangelizadores coherentes, es sembrar signos tangibles de esperanza. A todas las comunidades cristianas y a cuantos sienten la necesidad de llevar esperanza y consuelo a los pobres, pido que se comprometan para que esta Jornada Mundial pueda reforzar en muchos la voluntad de colaborar activamente para que nadie se sienta privado de cercanía y solidaridad.
Un signo tangible de esperanza para nuestros hermanos y hermanas más postergados y postergadas será lograr una sociedad más inclusiva a partir de mejorar nuestra ciudad de vida democrática.
Imploramos al Dios de la Vida, con la ayuda de nuestra Virgen de Luján y de San Cayetano que no defraude la esperanza de los pobres.

Comentarios