La Academia Nacional de Periodismo expresó en un comunicado su preocupación por la citación a indagatoria del periodista de Clarín, Daniel Santoro.
Se ratifica la solidaridad con el colega "quien se ha colocado en el centro de una de las situaciones más graves para la prensa argentina desde la restauración de la democracia en 1983".
Se agrega que "nuestro colega en esta Academia y par de los periodistas argentinos con mayores reconocimientos tanto aquí como el exterior, ha sido llamado por el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, para ser sometido a declaración indagatoria en la causa D´Alessio, sobre escuchas telefónicas ilegales, denuncia por supuesta extorsión y hasta por espionaje, según la terminología del magistrado".
La Academia resalta que "no puede silenciar su honda preocupación no solo por la humillación sufrida desde hace meses por el colega sino por el precedente que eventualmente sentarían sobre tres puntos sensibles parea la vigencia de la libertad de prensa en el país, las actuaciones judiciales en marcha".
"En primer lugar está comprometido el secreto profesional de los periodistas, derecho con rango constitucional sustentado en una sólida doctrina jurisprudencial. En ausencia de ese derecho seguramente la opinión pública quedaría privada de las informaciones más valiosas, más escamoteadas para poder informarse de inconductas de gobernantes, y sobre todo, de hechos de corrupción en la administración pública y en sectores del empresariado".
"En segundo lugar, ería un exceso inadmisible considerar que comportamientos delictivos o indeseables que pudieran estar bajo examen del juzgado federal de Dolores fueran susceptibles de contaminar a un periodista a raíz de fuentes noticiosas que hubiere utilizado para su labor profesional.
"En tercer lugar, llamamos a la atención pública por la particularidad de que el periodista afectado pertenece a un rango de especialización que ha transformado el oficio.
Hablamos, en efecto, del periodismo de investigación, sin el cual la sociedad norteamericana no se hubiera anoticiado de los delitos cometidos en Watergate, así como en la Argentina de los llamados cuadernos de Centeno".
Se ratifica la solidaridad con el colega "quien se ha colocado en el centro de una de las situaciones más graves para la prensa argentina desde la restauración de la democracia en 1983".
Se agrega que "nuestro colega en esta Academia y par de los periodistas argentinos con mayores reconocimientos tanto aquí como el exterior, ha sido llamado por el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, para ser sometido a declaración indagatoria en la causa D´Alessio, sobre escuchas telefónicas ilegales, denuncia por supuesta extorsión y hasta por espionaje, según la terminología del magistrado".
La Academia resalta que "no puede silenciar su honda preocupación no solo por la humillación sufrida desde hace meses por el colega sino por el precedente que eventualmente sentarían sobre tres puntos sensibles parea la vigencia de la libertad de prensa en el país, las actuaciones judiciales en marcha".
"En primer lugar está comprometido el secreto profesional de los periodistas, derecho con rango constitucional sustentado en una sólida doctrina jurisprudencial. En ausencia de ese derecho seguramente la opinión pública quedaría privada de las informaciones más valiosas, más escamoteadas para poder informarse de inconductas de gobernantes, y sobre todo, de hechos de corrupción en la administración pública y en sectores del empresariado".
"En segundo lugar, ería un exceso inadmisible considerar que comportamientos delictivos o indeseables que pudieran estar bajo examen del juzgado federal de Dolores fueran susceptibles de contaminar a un periodista a raíz de fuentes noticiosas que hubiere utilizado para su labor profesional.
"En tercer lugar, llamamos a la atención pública por la particularidad de que el periodista afectado pertenece a un rango de especialización que ha transformado el oficio.
Hablamos, en efecto, del periodismo de investigación, sin el cual la sociedad norteamericana no se hubiera anoticiado de los delitos cometidos en Watergate, así como en la Argentina de los llamados cuadernos de Centeno".
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